La fiscal pedirá prisión permanente revisable para Iván Pardo Peña, el hombre acusado de asesinar a la niña de 8 años Naiara Briones, hijastra de su hermano, a la que torturó durante siete horas porque la pequeña no quería estudiar en Sabiñánigo (Huesca).

"Me enfadé, me parece que le pegué con los puños un poco fuerte en la cabeza y me cogí una raqueta eléctrica y se la puse", declaró el acusado ante la juez. A la pregunta de la magistrada de para qué le ponía esa raqueta, Pardo, según su declaración en sede judicial el pasado 8 de julio, dijo que lo hizo para "ver si cambiaba de comportamiento en los estudios y de obedecer a los mayores y tener respeto, que fue para lo que bajó a casa".

Siguiendo con la declaración del acusado, la jueza le hizo otra pregunta para saber en qué parte del cuerpo de la pequeña empleó la raqueta, y el acusado aseguró que "en los pies y en los muslos". Además también reconoció que "le puse unos grilletes, dos grilletes atados a una cuerda en las manos y en los pies y un calcetín limpio en la boca para que no chillase". La niña, que quedó en estado vegetal tras ser sometida a estas torturas, falleció un día después en el hospital. La fiscal, que ha tenido en cuenta el ensañamiento del acusado, solicitará prisión permanente revisable.

El caso es muy complejo, el acusado está en la cárcel desde el ingreso de la niña en el hospital, pero también se investiga a su madre y a su hermano, padrastro de Naiara. La acusación, por parte del padre natural de la niña, está en manos del bufete de abogados Marcos García Montes. El padre biológico de la niña ha solicitado que declaren todos los familiares para que se esclarezca el caso que acabó con la vida de su hija.