Tras cuatro días de infructuosa búsqueda por los montes pedanía nijareña de Las Hortichuelas Bajas, concretamente en la zona del Cortijo La Molina y entorno de Las Ánguilas, el padre de Gabriel Cruz, el pequeño de 8 años que desapareció cuando abandonó la casa de su abuela paterna para ir a visitar a unos amigos (una distancia no superior a los 100 metros) halló el primer vestigio que "arroja un rayo de luz" al caso: las pruebas de ADN confirman que la camiseta blanca localizada pertenece al menor.

"Sabía que era su camiseta pero no estaba seguro de si la llevaba puesta ese día o no", relataba el progenitor, quien no confirmó si en la prenda se obtuvieron restos de una segunda persona. Esta primera pista, anunciada por el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, dio "fuerzas" a sus padres, quienes admiten sentirse ya "cansados" por la situación a la vez que "agradecidos" por el amplio dispositivo de búsqueda en el que se trabaja para dar con su hijo.

"Cuando nos ha llamado el ministro y nos lo ha contado, para mi ha sido un rayo de luz. Sabemos que va a aparecer, no me canso de decirlo, tiene que ser así, va a volver con nosotros", señaló la madre del menor al borde del llanto. "Gabriel es muy chico, tiene muchas cosas por hacer en esta vida, es un niño muy lindo; tienen que dejarlo ir. Está vivo, alguien lo tiene en algún sitio", añadía su padre, Ángel Cruz.

La prenda apareció en una zona arbolada próxima a la depuradora del Barranco de Las Ánguilas, que ya fue registrada por el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) en días previos. En este sentido, el portavoz de la Comandancia de la Guardia Civil de Almería, David Domínguez indicó que el entorno continúa bajo exploración. "La búsqueda se mantiene como días atrás, volverán a pasar los perros y las patrullas de seguridad ciudadana, no se descarta nada", matizó Domínguez, quien aseguró que la Benemérita no va a "descartar ningún esfuerzo aunque haya que mirar tres veces en el mismo sitio", aunque se han concentrado esfuerzos en puntos concretos de "peor accesibilidad" como "cuevas, pozos" y otros espacios en los que haya "probabilidad de que esté ahí y no lo hayan visto".

También durante la jornada de ayer, las labores de búsqueda del menor se adentraron en caminos, espacios y puntos singulares para hallar algún signo del destino del menor. El rastreo se centró ayer en la revisión del radio de dos kilómetros desde el punto donde se vio por última vez al niño y en los enclaves especiales (minas, pozos, balsas de agua, cuevas e incluso zonas de invernadero) a un radio extensible de hasta los doce kilómetros. "Ampliamos la búsqueda a puntos críticos donde hay cortijos abandonados, pozos, balsas u otras instalaciones", anunció el ministro Zoido.

Una semana de búsqueda

Hoy se cumple una semana desde que se perdió la pista al menor, quien vestía en el momento de su desaparición un pantalón negro, de marca Adidas con rayas blancas, y una chaqueta roja con capucha. La noticia conmocionó al vecindario más aún al conocer que entre la casa de la abuela del menor y la de su amigos, lugar al que se dirigía, había apenas unos minutos a pie.

"Mi hijo se perdió en un trayecto de apenas 100 metros", lamentaba su madre, Patricia Ramírez las horas posteriores a la desaparición de Gabriel. "Es un niño introvertido y afable", explican sus vecinos, que no se explican cómo pudo perderse en un trayecto tan corto y que "conocía a la perfección".

Durante varias horas, la investigación pareció apuntar hacia un varón de 42 años, quien quebrantó la orden de alejamiento hacia la madre del pequeño al manipular su pulsera telemática. Las pesquisas pudieron sin embargo descartarlo del operativo. "Si hubiera estado controlado, no habríamos perdido tiempo con esta línea de investigación", manifestó la madre del pequeño.