Los últimos quince años de la vida de Tania Varela darían por sí solos para una novela de intriga. Hija de una familia humilde, María Tania Varela Otero (Cambados, 1974) fue la primera directora del Centro de Información á Muller (CIM) abierto en esta localidad arousana, uno de los primeros de Galicia. Allí se bregó durante tres años en asuntos de separaciones o malos tratos. La letrada estaba llamada a hacer cosas importantes, pero en 2004 se desvinculó del servicio por motivos que nunca quedaron del todo claros.

Abrió su propio despacho y empezó a volar por libre. Hasta que en 2006 irrumpe en su vida David Pérez Lago, un hombre atractivo y de carácter resuelto que había dado el salto a la cocaína. Comienzan una relación sentimental y se empieza a hablar de una mujer calculadora y ambiciosa. Pérez Lago ya había sido condenado por un cargamento de hachís que transportaba el pesquero Regina Maris, y que lideraba su padrastro, Laureano Oubiña. Encarcelado éste último, al igual que otros capos de los años noventa, como Sito Miñanco o Manuel Charlín, Pérez Lago estaba llamado a convertirse en uno de los nuevos señores de la fariña en Galicia.

E hizo honor a estas expectativas en abril de 2006, cuando intentó introducir en Galicia cuatro toneladas de cocaína. Dos se hundieron, y las otras dos fueron alijadas en la Costa da Morte. David fue cazado en Corcubión, con 14.000 euros encima y apestando a gasoil. Tania Varela Otero se hizo cargo de su defensa. Hasta que poco después, la propia abogada fue detenida por el alijo y dio con sus huesos en la cárcel. Pagó 120.000 euros en efectivos de fianza en cuanto el juez le dio la opción de salir a la calle. De nuevo libre, huyó a Madrid para rehacer su vida profesional.

Pero también, de algún modo, la personal. Durante algún tiempo siguió visitando en la cárcel a David Pérez Lago, hasta que al parecer él decidió romper con la relación. Tania Varela empezó entonces a salir con el abogado de ambos, Alfonso Díaz Moñux, un letrado que ya había estado al lado de la difunta esposa de Laureano Oubiña, Esther Lago, de Sito Miñanco, y de algunos gallos de la mafia rusa.

Casado y con dos hijos, Moñux se rindió a Tania Varela, y se pusieron a trabajar juntos. Por razones que aún hoy son desconocidas, Moñux tuvo un enfrentamiento grave con Pérez Lago y sus lugartenientes. Al parecer, también los colombianos estaban disgustados con el letrado y se habló de un alijo que no había llegado completo.

Llegan a Moñux amenazas, que el hombre denuncia. Pero sus enemigos decidieron pasar de las palabras a los hechos en vísperas de la Navidad de 2008. Ya era noche cerrada cuando Moñux y Tania Varela salen del garaje de la vivienda del primero en un lujoso todoterreno Mercedes. Entonces, se les acercan dos hombres con el rostro cubiertos, y uno de ellos le mete dos tiros en la cabeza a Moñux.

Tania Varela sobrevivió al ajuste de cuentas sin un solo rasguño porque, aseguró, buscaba algo en su bolso. ¿Había sido el ajuste de cuentas un aviso? Sea lo que fuera, no ayudó a la cambadesa a reconducir su vida. Después de todo, la única mancha real que tenía en su expediente era su implicación en el alijo de Corme, y estaba convencida de que saldría limpia de polvo y paja. Pero no fue así. En el juicio, David Pérez Lago la puso a los pies de los caballos, al asegurar que había sido una de las responsables de la organización, prácticamente a su misma altura jerárquica. La mujer adujo que no tenía nada que ver con la banda de su ya exnovio. Pero la Audiencia Nacional le dio más credibilidad a las pruebas obtenidas durante la instrucción y a la declaración de David Pérez Lago, que había llegado a un acuerdo muy provechoso con Fiscalía, lo que le permitió reducir a la mitad su condena. En julio de 2011 condenan a la abogada a 7 años de cárcel y al pago de dos multas solidarias de 318 millones de euros.

El Tribunal Supremo ratificó la pena. Cuando la citan para declarar en el juicio contra ocho personas por el asesinato de Moñux, se descubre que había puesto tierra de por medio. ¿Para no ir a la cárcel o para no tener que declarar en el juicio contra los asesinos de Moñux, que habían cerrado el pico cuando se les preguntó quién les encargó el crimen? En cualquier caso, Varela no se esfumó sin antes dejar una perla. Ante la policía culpó del asesinato a David Pérez Lago, pero no se halló ninguna prueba que avalase esa afirmación.

Ahora, sin embargo, Tania Varela tendrá la oportunidad de demostrar que no iba de farol. El 5 de abril empieza en la Audiencia de Madrid el juicio contra uno de los presuntos asesinos de Moñux, Miguel Ángel Durán, que fue detenido en Brasil en octubre pasado, y la narcoabogada tendrá que acudir al mismo en calidad de testigo.