"Se pegaban con palos, piedras, macetas y hasta con un martillo". Así describía ayer una vecina de la calle José Casal, todavía sorprendida por la auténtica batalla campal que había presenciado ante su casa la noche anterior, la multitudinaria pelea que protagonizaron dos clanes familiares que residen en Pontevedra.

Se trata de dos familias de origen rumano que están enemistadas desde hace tiempo por un cruce de denuncias. Por un lado, una de las familias denuncia un supuesto caso de abusos a una menor y por otro se reclama la custodia de otro menor que se habría enemistado con los suyos. La tensión entre ambas estalló ayer en forma de esta multitudinaria pelea que acabó con tres policías heridos, todos ellos, en principio, de carácter leve.

Así origen de la reyerta entre ambas familias estaría, según indicaron distintas fuentes no oficiales, en esta enemistad labrada a raíz a raíz de estas de denuncias. En cuanto a la de abusos sexuales, la Policía Nacional vendría ya investigando desde hace tiempo esta cuestión y continúa en la actualidad tras el enfrentamiento del día de ayer. Prueba de que la ojeriza entre los miembros de estas dos familias ya venía de atrás es el hecho, según relataron algunos vecinos, que la semana pasada ya se produjo algún altercado en la zona de la estación de autobuses, pero sin que fuese a mayores.

La situación explotó ayer. Primero con un primer altercado en la avenida de Buenos Aires, cerca de la playa fluvial, que se resolvió sin mayores problemas, y posteriormente cuando miembros de una de las familias se trasladaron en coches hasta el edificio en el que residen miembros de la segunda en la calle José Casal y allí se desencadenó esta auténtica batalla. Los testigos hablan de una veintena de personas por cada bando, mientras que el parte de la Policía Nacional, según confirman fuentes de la Comisaría, indica que al menos 25 personas habrían participado en la reyerta multitudinaria.

La llegada de los agentes al lugar no frenó la agresividad de los participantes en la pelea, que entraban y salían del edificio en el que residen entre gritos y amenazas. Los agentes de la Comisaría comprobaron que iban a ser incapaces de frenar la pelea ellos solos y solicitaron la colaboración de sus compañeros de la Policía Local en torno a las diez de la noche.

Aún con el refuerzo de los agentes municipales, les costó poder controlar a los participantes en el altercado. De hecho tres de los policías (dos locales y uno de la Comisaría) resultaron heridos. En principio, todas las lesiones revestían carácter leve. Uno de los participantes en la bronca llegó a intentar agredir con un martillo que portaba a los agentes de la Policía Local.

Tres horas de bronca

Según explicaron los testigos del suceso, los agentes se tuvieron que emplear a fondo con las defensas para poder controlar a los participantes en el altercado que continuó más tarde en la cercana calle Joaquín Costa, al lado de la Comisaría, según indican los propios vecinos. Así desde las diez hasta la una de la madrugada, explican, cuando finalmente se calmaron los ánimos.

La intervención policial se saldó finalmente con dos personas detenidas por su participación en esta pelea, mientras los agentes de la Comisaría mantienen abierta una investigación para aclarar también lo sucedido respecto a las denuncias cruzadas que formulan estas dos familias, sobre el caso de presuntos abusos y también la custodia de un menor.

Los vecinos de la zona temen que ahora se pueda producir algún tipo de venganza o nuevo enfrentamiento entre estas dos familias. Y es que ya ayer mismo, diversos testigos explican cómo más tarde de madrugada varios coches regresaron a la calle en la que se produjo la refriega y luego se marcharon.

Los dos detenidos por estos hechos fueron puestos ayer tarde a disposición judicial. Asimismo, continúan adelante las pesquisas policiales para confirmar la veracidad o no de la denuncia que se formula por presunto abuso sexual a una menor.