Vuelven a conocerse noticias sobre el caso de la presunta agresión sexual a una soldado del Acuartelamiento Aéreo de Bobadilla, anejo de Antequera, por parte de sus compañeros en el mes de diciembre del pasado año. Los resultados de distintos análisis realizados han descartado que las muestras de ADN recogidas de hasta nueve militares coincidan con los restos biológicos encontrados en la ropa de la denunciante.

En este sentido, el abogado de la mujer, Manuel Rincón, ha confirmado que ya han solicitado un contraanálisis, pues se han mostrado en desacuerdo con los resultados obtenidos de las pruebas realizadas.

Asimismo, considera dichos resultados "absolutamente sorprendentes", por lo que incide en que van a seguir trabajando para esclarecer los hechos denunciados por su cliente. "Si hay colillas es que se ha fumado", ha insistido Rincón, que ha confirmado que también han pedido que se tomen muestras de ADN a la totalidad de militares que había presentes en el momento de los hechos en el acuartelamiento.

De igual forma, el letrado, que pertenece a la firma Rinber Agobados, ha solicitado que la juez tome declaración a los cuatro soldados que la propia denunciante reconoció como autores de la agresión, dos "con total contundencia" y otros dos con menos certeza.

La soldado hizo una primera denuncia por unos hechos sucedidos el 10 de diciembre -día en el que se conmemoraba la festividad de la patrona del Ejército del Aire, Nuestra Señora de Loreto-, en la que señalaba que habría sido drogada cuando estaba en un bar con compañeros. Posteriormente, la ha ido ampliando conforme ha recordado detalles, aludiendo en la última del 16 de enero a la presencia de dos hombres en la habitación. Además, en una de esas ampliaciones denunció otra agresión sexual sufrida en septiembre.

En este último caso, la Policía detuvo a un hombre por un presunto delito contra la libertad sexual, aunque el abogado de la mujer confirmó que en la actualidad no hay ninguna persona detenida por estos hechos.

En este sentido, la mujer sostiene en la denuncia, a la que ha tenido acceso este periódico, que no quiso dar cuenta de lo sucedido en septiembre a las autoridades porque le daba vergüenza y por lo que pudieran pensar el resto de compañeros sobre su persona, llegando incluso a decir al agresor que no contase nada a nadie, ya que no quería que su reputación resultase dañada.

De igual forma, en el documento, según siempre la declaración de la soldado, se sostiene que el militar que fue detenido la cogió por uno de los pasillos del cuartel y la empujó hacia su habitación, empezándola a besar. En primera instancia a la mujer no le desagradó, pero en el momento de «concretar relaciones sexuales completas» ella se negó. Sin embargo, el hombre continuó con los tocamientos y le bajó los pantalones, intentando mantener relaciones sexuales con ella, lo que «inició, pero no pudo concluir ya que no se dejaba».

En la declaración de la soldado realizada en el pasado mes de febrero fue cuando reconoció a cuatro militares implicados. "Se ha sentido con fuerzas para explicar con todo lujo de detalles todo lo que ocurrió", dijo entonces el otro letrado de la denunciante, Javier Rincón.