Una organización criminal dedicada al tráfico internacional de hachís y a robar a otros narcotraficantes mediante el empleo de la violencia ha sido desarticulada en una actuación conjunta de la Policía Nacional y la Guardia Civil que se ha saldado con 23 detenidos, la mayoría afincados en Málaga y Cádiz, y 3.500 kilos de hachís intervenidos. La operación ha permitido el embargo preventivo de bienes por más de 254.000 euros.

Entre los detenidos figuran los jefes de la red, dos hombres de nacionalidad rumana y española, acusados de los delitos de pertenencia a organización criminal, tráfico de drogas y robo con violencia. La investigación se inició en septiembre de 2016, cuando agentes de la Guardia Civil que participaban en un control de seguridad ciudadana dieron el alto a un vehículo que se dio a la fuga, y que fue hallado unos kilómetros más allá abandonado con 82 kilos de hachís en su interior.