La brutal explosión del almacén pirotécnico clandestino en la parroquia de Paramos, en Tui,explosión almacén pirotécnico clandestinoTui abrió un cráter de 1.700 metros cuadrados que se tragó el núcleo de viviendas en la denominada zona cero, y sus efectos llegaron a un kilómetro de distancia, afectando una superficie similar a cien campos de fútbol y causando daños millonarios, a tenor de las primeras estimaciones de los técnicos.

De momento el siniestro se ha cobrado dos muertos, un matrimonio magrebí, que deja huérfanos a dos hijos menores de edad que se recuperan en el Hospital Álvaro Cunqueiro, si bien los expertos no descartan que bajo los escombros puedan aparecer otras víctimas. En principio no hay denuncias oficiales de desaparecidos, pero podría haber entre los escombros alguna persona ajena al barrio.

La investigación de la Guardia Civil se centra ahora en si la nave que explotó era un almacén clandestino donde se guardaba material pirotécnico, o bien se trataba de un taller donde se manipulaba, y preparaba, con lo que los riesgos de explosión se multiplicarían.

También intentan determinar las causas de la explosión, por si fue un cúmulo de circunstancias en las que intervinieron el calor y la forma de almacenamiento de los explosivos, además de la existencia de barriles de combustible. o bien se trabajaba con ellos. Otro de los puntos importantes es esclarecer la procedencia del material que González Lameiro tenía en su taller, y si era legal o bien lo traía desde Portugal, y dónde lo distribuía.

Mientras la investigación avanza, los heridos prosiguen su mejoría. Seis de las 37 personas asistidas siguen hospitalizadas, entre ellas la adolescente que sufrió quemaduras en cabeza y espalda, y otras dos están en observación, si bien no corre peligro la vida de ninguno.

A primeras horas de la mañana de ayer se cumplían los peores presagios, cuando perros especializados llevaron a los Servicios de Emerxencia hasta el cuerpo de Abdlalk Hailas, marido de la mujer magrebí que ardió delante de sus hijos la víspera. Fue su hijo de 13 años, herido en la explosión, quien indicó a los servicios sanitarios que sus padres podrían haber muerto en la deflagración. Junto a él estaba su hermano menor, de 8 años.