Que Big Bang Theory es una serie maravillosa, casi perfecta, es algo que sabe cualquier persona que posea mínimos conocimientos en física teórica de guiones televisivos y mecánica cuántica de comedia juvenil. Pero, ¿de verdad tiene 144 golpes humorísticos por capítulo?

Me decidí a analizar la serie, y poseído de forma transitoria por el espíritu cientifista de Sheldon opté por realizar un estudio absolutamente empírico de Big Bang Theory. Números, fórmulas, datos, curvas. A falta de más aparataje de laboratorio, mi equipo de investigación y yo contábamos con una libretita, un boli negro y un televisor con receptor de TDT incorporado. Canal: TNT. Día: viernes 14. Hora: la de cenar. Capítulo: The Excelsior Acquisition. Y los resultados fueron más sorprendentes que los hallazgos de Hubble sobre el corrimiento al rojo de las galaxias lejanas por el efecto Doppler: a lo largo de los 20:42 minutos que duró el episodio el investigador principal y sus becarios contamos 144 risas enlatadas de diversa intensidad. Sheldon intervino 65 veces; Penny, 56; Leonard, 29; Howard, 21 y Raj tomó la palabra en 12 ocasiones. Otros personajes -un juez, el tío de la tienda de cómics, ¡el mismísimo Stan Lee creador de Spiderman, jujúúúú!- intervinieron otras 29 veces. En total, se produjeron 212 líneas de guión. Hubo una risa enlatada cada 1,47 intervenciones; es decir, más de la mitad de las frases se celebraron con risas por parte del encargado de celebrar frases con risas. Teniendo en cuenta los 1.242 segundos que duró el capítulo, desde la productora de Big Bang se nos estaba diciendo que teníamos que reírnos una vez cada 8,63 segundos.

Una serie que de verdad produjera carcajadas cada 1,47 frases, cada 8,63 segundos, formaría una singularidad gravitatoria que impediría que los propios gags se pudieran propagar por las ondas hertzianas. No exageremos: quiten esas insoportables risas de fondo. Big Bang Theory no es un agujero negro; tan sólo es una serie maravillosa, casi perfecta.