La flamante representante española en Eurovisión 2016, Barei, celebra ese encargo que le fue encomendado hace justo una semana y que podría hacer despegar su carrera, tras años de remar sola en la música sin echar mano de las influencias de un apellido -Reyzábal- vinculado a un gran imperio inmobiliario. "¿Heredera de quién?", inquiere la artista en una entrevista con Efe, en la que defiende la autonomía de sus logros. "Yo soy yo, no mi abuelo (el empresario Julián Reyzábal, dueño del edificio Windsor de Madrid). Si hubiese tirado de contactos, estaría sonando en Los 40 Principales o en Cadena 100, pero no ha sido así. Lo que consiga, quiero hacerlo por mí misma", se reafirma.

El empeño de Bárbara Reyzábal (Madrid, 1982) se ha visto recompensado de momento con su victoria en la preselección de RTVE, en la que, pese a ser la gran desconocida entre los aspirantes, contó con el apoyo del público y de un jurado de artistas para lugar en el 14 de mayo en Estocolmo en la final de Eurovisión con la canción Say Yay!. Se trata de un tema positivo que, en la onda funky de Bruno Mars, habla de "luchar por las cosas que quieres conseguir, aunque haya mil obstáculos y mil juicios de valor, enfrentándote a tus miedos y también al qué dirán", explica.

"Me identifico con ella, porque a veces la mayor lucha la tenemos por dentro", señala esta madrileña, quien presentó hasta tres propuestas y apostó, finalmente, por la más vitalista y actual de ellas, concebida bajo la premisa de que fuera una canción fiel a su estilo de música negra y "pudiera entrar en una lista de Spotify sin chirriar".

Estudiante de Arquitectura de Interiores, su primer gran paso en el mundo de la música lo dio en el Festival de Benidorm 2001 dentro del dúo Dos Puntos, pronto disuelto, al que siguieron dos discos publicados y otro anterior que permanece inédito por sonar "demasiado latino" y ajeno a sus influencias. Fue entonces cuando, siguiendo el consejo de su madre, que siempre la apoyó en su carrera musical, decidió formarse concienzudamente en la composición -habitualmente con la guitarra-, terreno en el que ha fraguado colaboraciones con artistas como Edurne o Malú, para la que creó su sencillo Encadenada a ti. "Soy más exigente cuando compongo para mí, porque sé dónde está mi punto de mira, muy alto en general. Soy muy insegura, perfeccionista y me quiero muy poco, por eso necesito más cuando lo hago para mí", cuenta con gran honestidad.

Barei, que creció sin padre, fallecido repentinamente cuando ella solo tenía un año, achaca a esa falta parte de su carácter, "una sensación un tanto inconsciente de soledad, de sentirse siempre abandonada, aunque nunca lo haya estado". Por su doble vertiente de autora e intérprete y por el hecho de que se diera a conocer relativamente tarde, cuando ya había compuesto para otros músicos y contaba con varios discos en la calle, dice que se identifica con su colega australiana Sia.

"No descarto olvidarme algún día de Barei y dedicarme solo a componer, porque estoy viendo ahora lo que conlleva y no sé si me gusta tanto", apunta la cantante, que participó en una de las dos ediciones del concurso de talentos El número 1, pero no pasó de la gala cero. "No era mi momento", argumenta.

Ahora, con un auténtico número uno en iTunes gracias a Say Yay!, su condición de artista independiente parece tener los días contados, ya que se debate entre dos grandes multinacionales, una de las cuales reeditará su disco más reciente y el único con el que realmente se siente vinculada, Throw the dice. Mientras, tendrá que aprender a bregar con las polémicas que casi siempre lleva asociado participar en Eurovisión. "Me va a costar un montón lo de las críticas, aunque me venga bien aprender de ello", dice.

La primera tiene que ver con el ataque del académico de la lengua José María Moreno por ejercer de embajadora de España con un tema cantado íntegramente en inglés. "No tengo nada contra el castellano. La música que siempre he escuchado es de fuera y la sonoridad de las consonantes es distinta. Ni soy filóloga ni hago literatura. Hago música y no he forzado a nadie para ser elegida. Además, esto es producto español, porque la interpreto yo, que soy española, y la he hecho junto a otros dos españoles", defiende.