Con la sal como hilo conductor y platos como el escabeche de esturión o costillar de lechal, el chef Mario Sandoval, dos estrellas Michelin, presentó ayer su propuesta para la IV edición de La Última Cena, que se estrena hoy en Historia, y que está pensado, según la directora del canal, Carolina Godayol, para acercar el pasado a la sociedad actual.

Ayudado por el equipo de su restaurante, Coque, y fiel defensor de la "arqueología de los sabores", Sandoval aceptó el "reto" de preparar siete platos para representar de "manera original" la comida "más importante de la historia". "Hemos intentado hacer una versión lo más real posible pero adaptada a nuestros tiempos, mezclando técnicas milenarias con vanguardia" ha explicado el cocinero. El condimento de esta cena tan "particular" e "hilo conductor" es una "sal de vino".