- Imagine por un momento que fuera un espectador más, ajeno a la serie Mira lo que has hecho. ¿Cómo me convencería para verla?

-Es una pregunta complicada de responder por el grado de implicación que tengo en la serie. Si yo la viera como espectador te diría que es una serie que te hace reír y llorar y, sobre todo, es muy sincera. Y eso es justo lo que yo quería hacer, una comedia salida desde dentro, desde las tripas. En ese sentido estoy satisfecho porque creo que lo hemos conseguido. No sabría decirte si me ha gustado más o menos porque al final es algo muy subjetivo, pero es una serie con mucho carácter y que no recuerda a ninguna otra.

- Además de actor también es guionista de la serie, ¿en qué rol ha estado más cómodo?

-He disfrutado en todos los aspectos, ya que cuando estás contando una historia desde tu punto de vista y además puedes interpretarla, estás siempre cómodo. Al final, poder controlar diferentes aspectos de la producción es un privilegio que pocas veces puedes tener. Para mí ha sido un proceso muy fluido y muy enriquecedor a nivel personal.

- ¿Hay mucha diferencia entre esta ficción y la realidad?

-Sí hay diferencia. Lo que he hecho es coger mi experiencia personal y trasladarla a la ficción. Mi vida no es tan divertida, ni pasan cosas tan interesantes y tan bien colocadas. El guión hace que todo te coincida en ese espacio de tiempo. A pesar de ello, cuando luego veo la serie, incluso no siendo yo, ni mi historia, ni mi mujer, ni mi familia? me siento muy identificado. Noto que me representa muchísimo, más incluso que si te contara mi vida real, que tampoco tiene tanto interés. Eso es una señal de que lo hemos hecho bien. Hemos creado a partir de verdades y, aunque el resultado no lo sea, transmite verdad.

- L a serie consta solo de seis episodios de unos 25 minutos. Puede parecer poco, pero transmite la sensación de estar ante un humor muy compacto, fresco y repleto de situaciones en las que muchos de nosotros claramente nos vamos a ver reflejados.

-Sí, si te ha transmitido eso, es exactamente lo que queríamos hacer. Se trata de una serie con los pies en el suelo. Aunque sea una ficción hemos intentado que transmita mucha naturalidad a todos los niveles, desde el guion hasta la interpretación. Queríamos que el espectador llegue a preguntarse si es ficción o realidad. Esto no quita que en el fondo también sea una ficción de corte muy clásico y rodada de forma muy académica.

- ¿Qué se siente al tumbarse en un paritorio con las piernas abiertas de par en par?

-(Risas) Eso fue muy divertido, fue una broma. Estábamos en el descanso de una escena de la serie en la que Eva Ugarte, que interpreta a mi mujer, estaba dando a luz. Teníamos allí una cámara de superslow (súper cámara lenta) y a Carlos, el director, se le ocurrió que me pusiera allí para hacer después una promoción. No sentí nada porque no estaba a punto de parir (risas), pero realmente quedó muy divertido.

- ¿Habrá segunda temporada?

-Bueno todavía es un poco pronto para eso. Nosotros ahora nos vamos a concentrar en comunicar la primera, paso a paso. Como diría Simeone, partido a partido. No entiendo nada de fútbol pero me ha apetecido citarlo.

- ¿A qué personaje o gag le tienes más cariño?

-Realmente a todos, pero creo que al final al que más cariño le tengo es al personaje de Berto Romero, porque es el que llevo más años trabajando. Se trata de un personaje que se parece un poco a mí, pero que es también un poco mejor que yo: es más ingenioso, más divertido y más lúcido. Es imposible no encariñarte con esa construcción de ti mismo, aunque suene algo egocéntrico.

- ¿Cuándo le va a robar definitivamente el programa a Andreu Buenafuente?

-(Risas) Nunca. Esa época ya pasó. He presentado los programas de Andreu en muchísimas ocasiones. Y sinceramente, pienso que no lo iba a hacer mejor. Para llevar un late night hay que ser un tipo muy concreto de comunicador, que casi transciende al cómico. Yo creo que soy mejor como cómico que en esa figura de comunicador de late night.