Antes de su rehabilitación, esta vieja vivienda situada en el casco antiguo de A Coruña era oscura y sombría. Ahora es un hogar amplio €tiene unos 120 metros cuadrados€, luminoso y muy acogedor tras una reforma que ha respetado las hermosas tarimas de madera y los techos con profusión de escayolas existentes.

Los arquitectos Lucas Díaz Sierra y Gustavo Díaz García €diaz y diaz arquitectos.com€, en colaboración con Naiara MonteroViar, han concebido un paralepípedo de madera de sucupira como elemento vertebrador de todo el espacio. El cubo tiene puertas, vidrieras, y huecos que rompen su linealidad y permiten el intercambio de luces entre el exterior y su interior.

La vivienda consta de dos dormitorios, un estudio, dos baños, cocina y salón. La preocupación principal a la hora del desarrollo del proyecto fue convertir una casa oscura en una morada radiante de luz. Sin la tabiquería originaria, el contenedor que es el propio piso alberga otro contenedor de madera y vidrio que a sus notas de actualidad suma ambientes con diversos matices de luz.

Los arquitectos optaron por crear un frente continuo lacado en blanco en el que existen puertas de suelo a techo y sin marcos, lo que potencia la luminosidad interior y crea a su vez un efecto de sorpresa tras las puertas que se mimetizan, detrás de las cuales se ocultan varios armarios, dos baños, dos patios y una bodega. Frente a este paño se diseñó el cubo de madera con huecos que acoge la cocina, el estudio, un dormitorio y un patio.

La disposición de las luces jugó un papel fundamental en el desarrollo del proyecto, optando por una iluminación indirecta en el cubo de madera y en los lacados y evitando las luces directas de techo. El mobiliario se dispone mezclando muebles clásicos y vanguardistas apostando por la simplicidad y el equilibrio de líneas.