Tener claro qué sistema de calefacción elegir para nuestro hogar es difícil. Existen muchas opciones pero todas tienen pros y contras.

El mejor sistema de calefacción será sin duda el que mejor se adapta a lo que necesitamos y, como alternativa al gasoil, existen varias.

Una estufa, del combustible que sea, solo te proporciona calor allí cerca. Si quieres repartir el calor eficazmente por todas la habitaciones, tienes que contar también con "emisores de calor": suelo radiante o radiadores en toda la casa.

El suelo radiante funciona a baja temperatura y es muy confortable. Además, en casas que tengan algo de humedad en la planta baja ayuda a paliar este problema. También es el sistema que mejor permite integrar apoyo de energía solar térmica (aunque esta será solo apoyo). Pero como su nombre indica, hay que ponerlo en el suelo, aunque existen sistemas "en seco" para no tener que recrecer tanto y simplifican la obra. Su instalación implica una obra mayor que simplemente distribuir los radiadores por la casa. Por eso en rehabilitación lo más habitual es utilizar radiadores.

En cuanto a la fuente de calor para los radiadores, puedes utilizar una caldera de pellets de madera o una caldera de gasificación de leña.

Calefacción ecológica

Las de pellets son de funcionamiento totalmente automático y aunque la inversión inicial es mayor que en calderas de gas o de gasoil, se amortiza rápidamente ya que el combustible es más económico.

El pellet es un combustible de serrín de madera prensado, que hace que las calderas que lo utilizan se puedan alimentar y encender automáticamente. Al ser un combustible muy homogéneo y las calderas ser muy eficientes, hace que produzca muy poca ceniza y su limpiezas sea sacar el cajón de las cenizas cada 2 meses en temporada de calefacción. Es la alternativa ideal a la caldera de gasoil, con biomasa totalmente automática.

Las calderas de gasificación de leña son de llenado y encendido manual. Claro, la leña no se carga sola. Pero el funcionamiento de ellas es también automático y su limpieza es cada 10-15 días, mucho menor que en un hogar o cocina calefactora tradicional. La gasificación es un proceso de combustión más lenta y controlada, de manera que se extraigan más completamente los gases combustibles de la madera y se aproveche con un rendimiento mucho mayor, es decir que consumes menos leña y la cargas 1 o 2 veces al día, según cómo se dimensione la instalación. Y al aprovechar mejor la madera, queda mucho menos ceniza, de ahí que se limpie mucho menos que una cocina o caldera tradicional.

En cuanto a la geotermia, es un sistema que también funciona muy bien, la experiencia así lo avala, pero su inversión inicial es mayor que la de cualquier caldera de biomasa y su amortización depende de la evolución del precio de la electricidad. Además, las bombas de calor geotérmicas solamente funcionan con emisores a baja temperatura: suelo radiante o radiadores a baja temperatura. Por ello, la opción habitual para rehabilitación suele ser biomasa: leña o pellet.

Nuestro clima

Los sistemas de calefacción son muy diversos y elegir el adecuado no siempre es fácil, antes de elegir entre las diferentes alternativas que encontramos hoy en día, es necesario determinar las necesidades de calefacción de nuestra vivienda.

Primero, determinar el tipo de clima dónde habitamos, si es una zona muy fría con frecuentes heladas, debemos pensar en un calefactor que sea capaz de mantener la temperatura constante; pero si donde vivimos el invierno es más cálido, los sistemas de calefacción más sencillos serán suficientes.

Las características de las habitaciones son también relevantes como la cantidad de personas que habitan en el lugar; debemos conocer la superficie exacta a calentar y prever el espacio con el que contamos para la instalación de los radiadores, calentadores o calderas, como también determinar si necesitaremos un suministro de agua caliente.

No todas las casas cuentan con las mismas posibilidades técnicas para realizar las obras que conlleva un sistema determinado, por lo tanto, el coste de reformar el hogar para poder instalar un sistemas de calefacción determinado, puede aumentar considerablemente el precio final.

Si ya contamos con sistemas de calefacción eléctrica entonces podemos optar por la tarifa nocturna instalando acumuladores de calor, de esta forma nos ahorraríamos hasta un 50% en el consumo de energía.