El mismo mal de todos los veranos. La caza del famoso en cueros. Desnudos célebres que hacen el agosto de los avispados abejorros que revolotean días y noches en busca del picotazo perfecto: la fotografía borrosa en la que celebridades de todo tipo muestren sus desnudeces sin sospechar que son objetivo de una mirada rapaz. Unas veces, las imágenes son capturadas en lugares públicos, sobre todo en playas donde la cara famosa se puede confundir con la gente corriente.

Otras, la invasión de la intimidad ajena es flagrante y los paparazzi cazan a sus víctimas allí donde éstas parecen estar seguras. El último caso ha hecho correr ríos de tinta: la princesa Catalina. La esposa del príncipe Guillermo desayunó un buen tazón de hiel mientras viajaba con su marido por Asia. Una revista francesa, 'Closer', propiedad del ínclito Silvio Berlusconi, se había hecho con una serie de fotografías en las que se veía a la duquesa de Cambridge con los pechos al aire. La pareja se creía a salvo de pupilas indiscretas en el interior de un palacete propiedad de un amigo en La Provenza, pero nunca se deben minusvalorar los recursos de profesionales que se dedican en cuerpo y alma, casi siempre sin éxito, a buscar exclusivas de este curvilíneo tipo.

El escándalo fue mayúsculo, los príncipes se enfadaron, la familia real se cabreó, la prensa británica cerró filas para no publicar las imágenes (que ya circulaban alegremente por internet) y, al final, la justicia francesa obligó a la revista a no sacar más partido a su compara y a devolver los originales digitales (¡!) a la pareja real.A buenas horas.

El 'caso Middleton' recordó, sin su resolución trágica, al acoso que Diana de Gales, madre de Guillermo, sufrió durante años, y que finalmente le costaría la vida en las calles de París al estrellarse el coche en el que intentaba escapar de los paparazzi. Lady Di también era un cuerpo muy cotizado los veranos, y la leyenda cuenta que una revista española se hizo, previo pago de una cantidad mareante de dinero, con las fotografías que la mostraban en «topless» mientras tomaba el sol en Málaga.

Sarah Ferguson, ex mujer del príncipe Andrés, no tuvo la suerte de que alguien bloqueara sus fotografías más temidas. Un diario sensacionalista británico la pilló con el pecho al aire y en actitud muy cálida con su 'asesor financiero' John Bryan en una villa en Saint-Tropez. Las consecuencias fueron drásticas y precipitó el divorcio del matrimonio.

El disgusto de Catalina se suma al que provocó la aparición de imágenes del príncipe Enrique desnudo mientras vivía una noche loca en LasVegas, si bien en este caso no había interés económico de por medio y sólo se trató de un desliz desafortunado por parte del alegre miembro de losWindsor. Las redes sociales y la telefonía móvil se han convertido en un peligro público a la hora de saltar a la palestra momentos íntimos que quienes los disfrutan no pensaban ver expuestos.

Que se lo digan, si no, a Scarlett Johansson, que mandó dos sensuales instantes de su intimidad a su ex marido y un 'hacker' se hizo con ellas para lanzarlas al océano virtual y convertirlas en comidilla mundial. Le salió cara la broma: una multa de 66.000 dólares.

En el universo real, la familia Grimaldi es la clara triunfadora en cuanto a momentos íntimos que saltan a la vista del mundo entero. Un 'topless' de una jovencísima Carolina de Mónaco hizo hervir de entusiasmo a sus admiradores, pero aprendió la elección y se protegió a partir de entonces para que no se repitiera el desliz. Su hermana Estefanía fue mucho menos prudente y llegó un momento en que verla con poca ropa por esas playas de Dior era lo más normal del mundo.

El mundo de la moda es terreno propicio para que sus nombres más famosos ocupen con frecuencia las portadas con desnudos robados. En algunos casos, las 'afectadas' no parecen darle demasiada importancia, acostumbradas a mostrarse tal como son en pasarelas y revistas. Miranda Kerr, Cindy Crawford, Heidi Klum, Giselle Bundchen... La palma del morbo se la llevó Claudia Schiffer, cuyas alegres vacaciones en un yate sin sujetador del bikini dieron la vuelta al mundo en los 90. Era la 'top model' del momento. La revista publicó, incluso, un póster central con ella para que los admiradores no perdieran detalle de uno de los cuerpos más espectaculares que han pisado una pasarela.

Chávarri, sin ropa interior

A veces, el desnudo es inesperado y sorprendente porque sus protagonistas se dedican a oficios aparentemente poco atrayentes para la cámara indiscreta. Lucía Echevarría fue una excepción: su generoso topless en tiempos en los que salía en no pocos jaleos por sus apariciones en tertulias televisivas dio mucho que hablar. Sin ser un desnudo propiamente dicho, el descuido de Marta Chávarri al ser fotografiada sin ropa interior se convirtió en la comidilla del país. La entonces esposa de Fernando Falcó se vio, sin beberlo ni comerlo, en portada de una conocida revista. Dio la vuelta al mundo. 'The knickerless marchioness' ('La marquesa sin bragas'), llegó a titular un tabloide inglés. "Salía de mi casa en el maletero del coche para evitar que me siguieran", dijo Chávarri de su vida en los años ochenta y primeros noventa, cuando era la estrella indiscutible de la jet set nacional.

En ocasiones, las imágenes surgen del túnel del tiempo: a pocos días de su boda con Alfonso Díez, un semanario rescataba un desnudo de la duquesa de Alba cuando tenía 50 años. También Isabel Pantoja se vio en la desagradable circunstancia de ver sus carnes expuestas al sol de los quioscos. Mucho antes la precedió Lola Flores, aunque siempre existió la sospecha de que fue un 'robado' pactado, como ocurre en muchos casos con celebridades que fingen sorprenderse. El robado a la modelo Mar Flores, por ejemplo, fue uno de los que parecían cumplir con los requisitos de "te dejo que me fotografíes como si no lo supiera, pero cobro y además me tienes que sacar guapa".

A veces, los desnudos capturados sin permiso llegan de personajes a los que nadie esperaría encontrarse en semejante situación. Jacqueline Kennedy Onassis se vio en esa situación a principios de los años 70, pero, como recuerdan los cronistas de la época, hubo más curiosidad que escándalo al contemplar sin ropa a una mujer que una década antes había sido inmortalizada intentando escapar del coche en el que su marido yacía con la cabeza reventada por un disparo.

En la década de los años 90 hubo un desnudo que levantó mucho polvo: el de Jeannette Rodríguez, hoy olvidada pero entonces protagonista de 'Cristal', una telenovela que arrasaba en audiencia. El desnudo comentadísimo de Marta Sánchez, que agotó tiradas y tiradas, tuvo un origen un tanto especial.

Según se comentó en su momento, accedió a cambio de que no viera la luz otro tipo de imágenes más comprometedoras. Las jóvenes estrellas televisivas de hoy son blanco fácil: desde María Castro hasta María Adánez pasando por Úrsula Corberó, pocas son las que se libran de la plaga veraniega, entre otras cosas porque pertenecen a generaciones en las que el topless es algo normal y corriente cuando se salta a la arena.

Precursoras en esa alegría a la hora de mostrarse sin pudor y sin obsesionarse con la presencia de miradas aprovechadas fueron actrices como Emma Suárez, Penélope Cruz o Aitana Sánchez-Gijón. En otros casos, rostros televisivos con ocupaciones menos faranduleras se despiertan un día con su desnudez al alcance de todos, como la recatada presentadora de televisión María Casado. A la 'gran hermana' Mercedes Milá la inmortalizaron también por sorpresa, aunque la cosa no fue a mayores. Tampoco la celebritie nacional Carmen Lomana se ha tomado muy a pecho salir luciéndolo en el revistero del cotilleo.

Ellos tampoco se libran

Los hombres no se ven libres de la amenaza cuando se ponen en cueros, aunque sus vergüenzas se cotizan mucho menos. Brad Pitt, acompañado de su entonces novia Gwyneth Paltrow, se vio 'desnudado' cuando aún no era tan famoso como ahora.

Las imágenes, que corrieron como la pólvora, siguiendo siendo una visita frecuentadísima en internet. Compañeros suyos como BruceWillis, Javier Bardem, Jude Law fueron congelados por las cámaras para caldear la temperatura mundial, al igual que compañeras como Sharon Stone, Kristen Dunst, Kim Basinger o Cameron Diaz.

Serían trending topic hoy los alegres escarceos del conde Lecquio en un yate (las malas lenguas dijeron que con su vanidoso consentimiento), donde mostraba un poderío que llenó de chismorreos muchas bocas en las tertulias profesionales y amateur. El tamaño sí importa. Javier Vázquez o Andreu Buenafuente (que montó en cólera, se fue al juzgado de guardia y sacó 55.000 euros) siguieron el mismo camino. El periodista asturiano Pipi Estrada también lució su micrófono sin tapujos cuando se encontraba en plena efervescencia seductora.

La exclusiva puede salir más cara de lo previsto. La justicia ha obligado a una revista a indemnizar con 310.000 euros a la actriz Elsa Pataky por publicar a todo trapo unas imágenes en las que sale desnuda mientras prepara un reportaje... para otra publicación.