Los Beckham ya han conseguido lo que querían: vender su mansión en el condado de Hertfordshire, al norte de Londres, por 14 millones de euros. La casa familiar tenía siete habitaciones, dos piscinas, varios kilómetros de jardines laberínticos e inclusive un zoológico que seguro haría las delicias de los más pequeños de la casa.

El matrimonio decidió comprar esta casa en el año 1999 con el objetivo de convirtiese en el hogar familiar. La mansión la compraron por cuatro millones de dólares pero después de las reformas realizadas entre las que se encuentran la construcción de un helipuerto y de un estudio de grabación su valor aumentó y pasó a ser conocida como "Beckingham".

La carrera de David Beckham le llevó primero al club blanco por lo que toda la familia se mudó a Madrid y después llegaron Los Ángeles Galaxy haciendo que los Beckham se trasladasen a vivir a Estados Unidos. Este cambio de residencia ha impedido que la familia haya podido disfrutar plenamente de su mansión. Ahora, catorce años después los Beckham abandonan este idílico y lujoso lugar para marcharse a Londres.

El anuncio de la retirada de los terrenos de juego del futbolista y la ajetreada agenda como diseñadora de Victoria han tenido mucho que ver en esta toma de decisión. El mayor problema era encontrar un comprador, nada fácil debido al precio de venta. Se barajó el nombre de la empresaria Kim Kardashian, recién mamá, como una posible compradora pero se descartó y ha sido otra persona, de identidad oculta, la interesada en ser la nueva inquilina de "Beckingham".

Para David, Victoria y sus cuatro hijos ha llegado el momento de dejar todos los buenos recuerdos atrás y marcharse a vivir a la capital londinense, donde les espera un piso de cuatro plantas, con un valor de 45 millones de libras. El exfutbolista ha tenido que vender su colección de coches entre los que se incluyen un BMW 645 y un Lamborghini Gallardo de 200.000 euros; todo ello con el objetivo de poder afrontar el pago de su nueva residencia familiar.