El presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi se han metido en un buen lío por el descorche de una botella de Jerez de 1775 durante su reciente visita a la anexionada Crimea. La Fiscalía crimea, adscrita a Kiev, abrió un proceso penal por apropiación indebida de propiedad estatal.