Cien pesetas diarias y un bocadillo de chorizo cobraron en la España de 1961 los trescientos extras que Anthony Mann reclutó en Torrelobatón (Valladolid) para rodar en tres días tres minutos de la película El Cid, todo un maná de Hollywood que Pedro Estepa ha evocado en el documental Bienvenido Mr Heston.