En medio de la controversia por la ausencia de nominados de raza negra en los Óscar de Hollywood, Michael Caine, doble ganador del premio, apostó por premiar la calidad antes que imponer cuotas raciales, como se ha propuesto, a la hora de configurar las candidaturas. "No se puede votar a un actor porque sea negro. Hay que hacer una buena interpretación", afirmó Caine en una entrevista en BBC Radio 4. Mas el propio intérprete británico se extrañaba, al mismo tiempo, de que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas haya excluido de las nominaciones a Idris Elba, cuya interpretación en Beasts of No Nation calificó de "maravillosa".

La ausencia de Elba de las candidaturas, de hecho, ha servido como argumento de peso contra la Academia. Su interpretación en la película, dirigida por Cary Joji Fukunaga y con un reparto formado casi exclusivamente por actores negros, ha sido elogiada unánimemente, y le ha granjeado nominaciones a otros premios de calado como los Globos de Oro o los Bafta. Pero Beasts of No Nation ha sido absolutamente ninguneada cara a los Óscar. Algo que, no obstante, se explica por cuestiones de índole empresarial más que por prejuicios raciales.

Filmada en Ghana y financiada por un grupo de productoras independientes, Beasts of No Nation narra la historia de un niño africano que, en medio de una virulenta guerra civil, es reclutado por una facción rebelde y formado como niño soldado. Su instructor, un comandante de la guerrilla brutal e imponente, es interpretado de forma abrumadora por Idris Elba, formidable actor británico que se dio a conocer con su papel de Russell Stringer Bell en The Wire.

Con el argumento en la mano y en base al prestigio de Fukunaga (director de la primera temporada de True Detective) y del propio Elba, la película era carne de Óscar. Netflix, la pujante cadena de televisión en streaming, vio claro el potencial y compró los derechos de distribución del filme abonando a las productoras el doble de los seis millones de dólares que había costado el filme.

Conscientes de que la reglamentación de los Óscar excluiría a la película de estrenarse primero en televisión, los directivos de Netflix coordinaron un estreno simultáneo en cines y en su propia plataforma online.

La fórmula, no obstante, disgustó a las principales cadenas de cines de Estados Unidos, que boicotearon el filme: en su puesta de largo, el 16 de octubre, Beasts of No Nation sólo se pudo ver únicamente en 31 cines de todo el país. Se mantuvo dos semanas en cartel y recaudó 90.777 dólares.

Pese a las extraordinarias críticas cosechadas por el filme y a su excelente acogida en la propia plataforma de Netflix, su condición mestiza, a medio camino entre el cine y la televisión, ha terminado por condenar al filme.

Como si fuese una extensión del boicot de los exhibidores, la película apenas fue tenida en cuenta para los Globos de Oro, aunque la prensa extranjera no se atrevió a excluir a Idris Elba en la categoría de Mejor Actor Secundario. En los Óscar, en cambio, la magistral interpretación del actor británico ha sido obviada. Una circunstancia que se ha vinculado a su etnia, pero que en realidad parece una extensión de la exclusión que sufrió Linda Fiorentino en 1994.

Aquel año, la actriz había deslumbrado con su interpretación en La última seducción, de John Dahl. Pero el que la película se estrenase primero en HBO, una televisión por cable, la dejó fuera de la carrera por el Óscar. Una exclusión, como ocurre con la de Elba, que se debe atribuir a una cuestión de negocios, que en Hollywood siempre van en primer lugar, antes que a razones de otra índole.