El torero Óscar Higares disfrutó de las bondades termales del Balneario de Mondariz en una escapada familiar para celebrar, por adelantado, el Día del Padre, y no entorpecer los compromisos profesionales y de entrenamiento del maestro. Un regalo de sus tres hijas y su esposa que compartieron con él caminatas por la senda fluvial del Tea, baños en el spa del Palacio del Agua y la gastronomía gallega en una tierra que tiene un gran significado para Higares, ya que en Marín toreó por primera vez cuando contaba solo 14 años.