En la vista oral testificó la mujer del periodista, María Teresa Íñigo, quien, visiblemente emocionada y con la voz entrecortada, relató que en un primer momento pensó que los acusados iban a robarla, si bien supo que no era así porque Iván no paraba de repetir que iba a matarla.

"No quiero el coche. Tienes que morir y hoy no te vas a librar", fue con lo que le amenazó el acusado nada más apuñalarla. Y más tarde, en un momento del forcejeo, cuando todos salieron del coche, Iván se dirigió a Lorena para decirle: "Aprovecha ahora y mátala".

Hasta cinco puñaladas dijo la testigo que recibió en medio del forcejeo, una "lucha infernal" por salvar la vida, según ella. "Estoy viva de milagro, está todo en mi cabeza, no consigo olvidarlo", apostilló.

Al igual que su madre, la hija de ambos, María González, declaró tras un biombo separada de los dos acusados y subrayó que la idea de estos era matar a la mujer del periodista, ya que la acusada "clavaba todo lo que podía" en la espalda de su madre e Iván sólo decía que "había ido a matarla". Finalmente, la joven se apoderó de un cuchillo y fue a pedir ayuda, momento en el que los acusados decidieron emprender la huida.

Ya en el exterior, Paco González pidió respeto para su esposa y su hija que quieren seguir viviendo en el anonimato tras recibir "un ataque violento y premeditado". "Cuantos más años de condena les caiga, más tranquilidad relativa tendremos", concluyó.