Los restos mortales del legendario cantante Prince, que murió el pasado jueves a los 57 años en su residencia de Chanhassen (Mineápolis), fueron ayer incinerados en una ceremonia privada, según informó su publicista Yvette Noel-Schure. Un pequeño grupo de sus "más queridos" familiares, amigos y músicos participaron en una "ceremonia privada y hermosa" para darle el último adiós al artista estadounidense.

Noel-Schure agregó que el acto del "depósito final" de las cenizas será también un evento que tendrá lugar en la más estricta intimidad, al que seguirá en fechas próximas una "celebración musical de su vida". "Pedimos vuestras bendiciones y oraciones de alivio para su familia y amigos íntimos en este momento", añadió la misma fuente.

La noticia de la incineración se divulgó un día después de que se practicara la autopsia al cuerpo de Prince en el centro Midwest Medical Examiners Office de Ramsey (Minesota). Esa institución advirtió de que determinar la causa de la muerte del artista llevará "varios días" y las pruebas de toxicología pueden alargarse "durante semanas".

Por su parte, las autoridades responsables de la investigación dijeron el viernes que no ven "razones para creer, en este momento, que se trató de un suicidio". Según reveló también el viernes el portal TMZ, especializado en noticias de famosos, Prince fue hospitalizado por una sobredosis de un fármaco seis días antes de su muerte.