Los diseños galácticos y plateados acapararon los flashes en la puesta de largo del mundo de la moda que es la gala anual del Museo Metropolitan de Nueva York (MET) y que en esta edición giraba en torno a las nuevas tecnologías y su influencia en el diseño. Madonna, Lady Gaga, Taylor Swift, Beyoncé, Nicole Kidman o Kim Kardashian fueron algunos de los rostros populares en la considerada por muchos "fiesta del año", un evento en el que lo más importante es la alfombra roja y que supervisa hasta el último detalle la editora de Vogue, Anna Wintour.

La gala, que tiene el objetivo de recaudar fondos para el instituto de moda del MET, y donde la entrada cuesta 30.000 dólares, se celebra cada primer lunes de mayo y sirve para inaugurar una gran exhibición en torno a cuya temática deben vestirse los invitados. Manus x Machina: Fashion in an Age of Technology (La moda en la era de la tecnología) era el leit motiv de esta edición, que no por casualidad patrocinaba la firma Apple.

El color plata fue el preferido por la mayoría de estrellas, empezando por una de sus presentadoras, la cantante de pop folk estadounidense Taylor Swift, que para la ocasión mostró un aspecto menos angelical con un desenfadado peinado rubio platino y labios negros.

Plateadas también lucieron Rose Byrne, de Ralph Lauren; Poppy Delevigne, de Marchesa; la modelo Anna Ewers, de Jason Wu; Lupita Nyong'o, de Calvin Klein; Naomi Watts, de Burberry, o Cindy Crawford, de Balmain.

Lady Gaga, en su línea siempre huyendo de la discreción, eligió un Versace sin pantalones y estética futurista. También como salida de la película Metropoli fue Kim Kardashian.

Rita Ora fue una de las más fotografiadas gracias a un diseño de Vera Wang con una voluminosa cola plateada de transparencia y plumas. Que la gala se celebre en un lunes, día de descanso para las estrellas de los teatros de Broadway, permitió desfilar tanto a Michelle Williams como a Jennifer Hudson. La primera eligió un discreto look en negro, más informal, mientras que Hudson resaltó su tez y figura con un inmaculado vestido blanco con escote palabra de honor.

De negro fueron también Madonna, con un diseño de transparencias en negro firmado por Riccardo Tisci, y la voluptuosa Micki Minaj, de Jeremy Scott para Moschino.

Heidi Klum, gran amante de los disfraces como siempre muestra en sus redes sociales, fue más allá y con la ayuda del diseñador Zac Posen lució un espectacular vestido galáctico que brillaba en la oscuridad. Mucho más discreta fue la protagonista de Sexo en Nueva York, Sarah Jessica Parker, que en la última gala no recibió demasiadas ovaciones por lo recargado de su look y esta vez optó por pasar desapercibida con un traje de dos piezas blanco de Alexander Hamilton. Lejos de tanto blanco, negro y plata estuvieron Beyoncé y Blake Lively, que optaron por los nudes y rosados de Givenchy y Burberry.