El músico y compositor estadounidense Bob Dylan, una de las figuras más influyentes de la música contemporánea, cumplió ayer 75 años con la misma energía y actividad que le han caracterizado en su más de medio siglo en los escenarios. Incapaz de detenerse, Dylan continúa con un nuevo episodio de su Gira sin fin que comenzará en apenas unas semanas y en la que presentará su último disco Fallen Angels, en el que vuelve a homenajear el cancionero americano, con especial énfasis en Frank Sinatra, a quien ya dedicó su disco anterior Shadows in the Night.

Robert Allen Zimmerman, nacido en Duluth (Minnesota) en 1941, ha cambiado el libreto de la música estadounidense en varias ocasiones, y cuenta con algunas de las canciones por las que se recordará al siglo XX, como Subterranean Homesick blues, Forever Young, A Hard Rain's a-Gonna Fall o Maggie's Farm.

En 2014, ofreció 92 conciertos, el año pasado 87. Desde 1988, ha ofrecido una media anual de un centenar de actuaciones y el mayor parón entre ellas ha sido de apenas tres meses. "Tienes que ir donde la gente está", ha dicho en más de una ocasión el autor de Mr. Tambourine Man.

Ganador de diez Grammy, un Óscar, un Pulitzer y el Príncipe de Asturias de las Artes en 2007, Dylan ha sonado en varias ocasiones incluso para recibir el Nobel de Literatura, la última en 2014. En resumen, Dylan, ya no es solo un músico, es la leyenda de un músico.