Alejada por su propia voluntad de los grandes focos de Hollywood, pese a que es una de las leyendas vivas de la época clásica del cine, la actriz Olivia de Havilland cumple hoy cien años.

Ganadora dos veces del Óscar y figura crucial del cine de los años 40, De Havilland es la última superviviente del reparto de Lo que el viento se llevó (1939) y fue, además, uno de los primeros intérpretes en desafiar el todopoderoso sistema de los grandes estudios.

Hija de un diplomático y abogado británico, Olivia de Havilland nació en Tokio el 1 de julio de 1916. Tras el divorcio de sus padres, se mudó a California con su madre y su hermana Joan, que en su carrera en el cine sería conocida como Joan Fontaine. Pese a compartir carrera profesional, las hermanas tuvieron una relación muy complicada marcada por los celos, el odio y la envidia. Cuando Joan Fontaine murió en 2013, se dijo que llevaban 40 años sin dirigirse la palabra.

Olivia de Havilland comenzó en el mundo de la interpretación a través del teatro y en 1935 el director alemán Reinhardt la hizo debutar en el cine con una adaptación de El sueño de una noche de verano. Robin de los bosques o Murieron con las botas puestas son otros de sus filmes.