Las dimensiones extraordinarias del trasero de la estrella televisiva Kim Kardashian son su principal capital a la hora de mantenerse en el centro del interés mediático planetario. Lo que nadie sabía es que este culo ya legendario en las redes sociales ha sido también una fuente de sufrimientos para su portadora, como acaba de reconocer en su página web. Kim Kardashian tiene que ponerse inyecciones periódicamente en el trasero, aunque no para aumentar su tamaño, como siempre se ha especulado. El motivo es que padece psoriasis, asegura esta celebrity.

Fue la madre de Kim, Kris Jenner, quien se dio cuenta de que su hija padecía algún tipo de problema dermatológico. Le descubrió un sarpullido en una pierna. Desde entonces, Kim Kardashian tiene que inyectarse periódicamente cortisona en el pompis para lidiar con la enfermedad, que causa descamaciones y enrojecimiento en la piel entre otros síntomas. "Cada varios años me pongo una inyección de cortisona. De hecho me acabo de poner una porque mi psoriasis empeoró bastante durante mi viaje a Las Vegas. Eso es algo que casi nadie sabe sobre mí", acaba de confesar la celebridad en un vídeo en directo con sus fans.

La gran sospecha planetaria es que esas posaderas han tenido un crecimiento artificial mediante implantes. Pero Kim sostiene que en absoluto. En esta revelación a sus fans ha dicho que todos los rumores sobre la cirugía surgieron por la cicatriz de la primera vacuna.