Paolo Sorrentino se mostró ayer en Venecia convencido de que no habrá reacciones negativas por parte de la iglesia católica a su serie The Young Pope. Y si las hay, agregó, "es un problema del Vaticano, no es un problema mío". "Si tienen la paciencia de verla hasta el fondo verán que no trata de ser una provocación, no es intolerante, no tiene prejuicios. Indaga con honestidad y curiosidad las contradicciones y dificultades de todo lo fascinante que hay en el clero y en un sacerdote que es un poco diferente a otros, que es el papa", agregó.

Protagonizada por Jude Law y con un amplio reparto internacional que incluye a Diane Keaton, Javier Cámara, Silvio Orlando, Cécile de France, Ludivine Sagnier o James Cromwell, la serie consta de 10 capítulos de los que dos se adelantaron ayer en el Festival de Venecia.

En los episodios proyectados se ve a un papa joven, italoamericano, manipulador, que fuma, que bebe refrescos de cola con cereza, que aparece desnudo, que tiene pesadillas en las que insta a mantener relaciones sexuales más allá del puro objetivo de procreación y que se enfrenta con casi la totalidad de los miembros del Vaticano.

También de religión trata Jesús VR, que sitúa al espectador como testigo de excepción de la vida de Cristo, desde su nacimiento a su muerte en la cruz, una propuesta creada gracias a una novedosa película en realidad virtual.

La cinta propone una experiencia sensorial que sumerge al espectador en la narración, situándole en el centro de una historia que se produce a su alrededor, a 360 grados, pero también por encima y por debajo, como si la observara desde el centro de una esfera. Con esta técnica, las salas de cine no son necesarias porque basta colocarse en cualquier lugar unos auriculares y unas gafas especiales conectadas a un teléfono inteligente para adentrarse en la historia. También con la religión como telón de fondo se presentó ayer Brimstone, un western con tintes sadomasoquistas protagonizado por Dakota Fanning, una joven madre, y Guy Pearce, como un diabólico predicador, del realizador holandés Martin Koolhoven, que sorprendió y horrorizó en el festival. Se trata de una historia ambientada en el siglo XIX y que cuenta la vida del Reverendo (Pearce), un inmigrante holandés que justifica todos sus terribles actos por la voluntad de Dios, y de Liz, una joven muda a la que interpreta Emilia Jones de adolescente. "Está muy centrada en la religión y en el control que tiene de la gente, especialmente de las mujeres", explicó Koolhoven.