Las estrellas se agolpan en el Festival de Cine de San Sebastián. Sigourney Weaver, Javier Bardem, Leonor Watling, Aitana Sánchez-Gijón, Jordi Mollá, Isabelle Huppert... Todo en un día marcado por la polémica desatada por la polaca Playground, que causó indignación entre quienes asistieron a la proyección, especialmente en los últimos diez minutos, en los que hubo un abandono masivo de la sala del Kursaal. Brutal, "escalofriante" y "gratuita" son algunos de los adjetivos aparecidos en las redes sociales tras la exhibición de este filme, que narra el final inesperado de la cita de la cita de una niña de 12 años con su compañero de clase, en la que pretende declararle su amor.

Sigourney Weaver repartió selfies y autógrafos entre las decenas de admiradores que la esperaban en las puertas del hotel María Cristina a su llegada a San Sebastián, donde hoy recogerá el segundo premio Donostia.

Weaver es una de las protagonistas de la nueva película de Juan Antonio Bayona, Un monstruo viene a verme, que se presentará hoy fuera de concurso en la sección oficial y por la noche recogerá el premio Donostia por toda su trayectoria.

Isabelle Huppert, actriz fetiche de Claude Chabrol, la "pianista" de Haneke y símbolo de la libertad sexual femenina en el cine, dijo que no tiene la impresión de haber asumido personajes arriesgados: "El riesgo, para mí, habría sido aceptar papeles que no me interesaran". A los 63 años sigue encarnando mujeres de sexualidad polémica sin que eso signifique, dice, que esté arriesgando.

Huppert, casi sin maquillar, delgadísima y vestida con una sencilla camisa blanca y pantalones oscuros, promociona dos cintas que protagoniza y que se proyectan en la sección Perlas del Zinemaldia: Elle, del veterano Paul Verhoeven, y El porvenir, de Mia Hansen-Love. Javier Bardem visitó el Festival como productor del documental Bigas x Bigas, un proyecto casi casero que rezuma amor por el cine y más en concreto, por el "padre" de uno de los grupos de actores, hoy en la cuarentena, como el propio Bardem, que nacieron con Bigas Luna. "Sin él, todo habría sido distinto, nuestras carreras habrían sido totalmente distintas", afirmó.

Fantasía, humor, reflexión desde lo autobiográfico y un punto de locura es el cóctel explosivo que presentó Nacho Vigalondo con Colossal, una anticomedia romántica protagonizada por Anne Hathaway.

El cuarto largometraje del cineasta cántabro es también su película más cara hasta la fecha y la primera cien por cien internacional, con un reparto que completan Jason Sudeikis, Dan Stevens y Austin Stowell.

"Pocas cosas me entusiasman más que plantear una expectativa y luego romperla", dijo Vigalondo, "me encanta la idea de dibujar un triángulo amoroso y reventarlo desde dentro".