Primero dio largas. Ahora da plantón. La Academia Sueca tardó varios días en conseguir que el cantautor Bob Dylan diera señales de vida para aceptar "honrado" el premio Nobel de Literatura que tantos ríos de tinta hizo correr entre partidarios y detractores de la arriesgada decisión. La Academia tenía la esperanza de que el esquivo artista no diera un plantón como ya hizo con la Fundación Príncipe de Asturias, pero ayer se confirmaron los malos augurios: Dylan no estará en Estocolmo el día 10 de diciembre. La culpa: "otros compromisos" que hacen imposible su viaje a la entrega de los premios. Su decisión llegó a la Academia Sueca por medio de una carta personal. Todo un detalle.

El 13 de octubre saltó la noticia: Dylan recibía el más preciado galardón literario del mundo "por haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición americana de la canción". A algunos les quedó cara de pasmo. Otros aplaudieron la decisión. Dylan dijo en una entrevista posterior a un diario británico que la buena nueva le dejó sin palabras y que, si podía, iría a recogerlo, dudas que congenian mal con su excusa ahora de que había "otros compromisos". ¿Eran previos a la concesión o fueron posteriores? "Él desearía poder recoger el premio en persona, pero otros compromisos lo hacen imposible. Y resalta que se siente enormemente honrado por el galardón", explicó en un comunicado esta institución.

La Academia Sueca señaló que "respeta" la decisión de Dylan y que el hecho de que un premiado no viaje a Estocolmo es poco frecuente, aunque no excepcional, como ha ocurrido en las últimas décadas con los británicos Doris Lessing y Harold Pinter y la austriaca Elfriede Jelinek. "La distinción es aun así suya, igual que la de este año pertenece a Bob Dylan", resaltó esta institución.

Dylan deberá no obstante pronunciar una conferencia de recepción del premio antes de seis meses a contar desde el 10 de diciembre, consta en el comunicado de la Academia, que dará más detalles hoy. El último concierto previsto en la gira de Dylan es el 23 de noviembre en Fort Lauderdale.

Tras dos semanas con mensajes ambiguos del músico y malestar en la Academia por su falta de respuesta, Dylan aceptó el Nobel a finales del mes pasado, aunque no confirmó si viajaría a Estocolmo. La secretaria permanente de esta institución, Sara Danius, reveló entonces que había agradecido el premio en una llamada telefónica.

Danius defendió entonces la decisión de la Academia Sueca resaltando la condición de poeta de Dylan y recurrió al ejemplo de los antiguos vates griegos como Homero, que escribían poesía para ser escuchada e interpretada.

"Puede y debe ser leído", dijo Danius el pasado 13 de octubre, día en que fue anunciada la concesión del galardón. La imposibilidad de contactar con el músico provocó una polémica que hizo estallar al escritor Per Wästberg, miembro de la Academia, quien lo calificó de "rudo" y "arrogante", unas declaraciones de las que se desmarcó la institución de la que forma parte.

En octubre de 2007, Robert Allen Zimmerman excusó su presencia en Oviedo para la entrega del premio Príncipe de Asturias de las Artes. "Permítanme agradecer al Rey, al Príncipe Felipe y a los españoles el haberme concedido el premio Príncipe de Asturias. Soy consciente del enorme prestigio que este premio proporciona, así como también de la larga lista de ilustres galardonados. Es realmente un gran honor. Lamentablemente, no puedo estar ahí para recibir el premio en persona, pero espero regresar pronto a España para manifestar mi gratitud por este galardón", señalaba entonces el premiado con esta distinción.

Una vez más, Dylan rehuye el acudir a una entrega de premios. En esta ocasión deja plantada a la Academia Sueca tras recibir el Nobel de Literatur.