La denuncia, la crítica y la provocación inundan cada rincón del nuevo hotel de Banksy en Belén, con un marcado estilo colonial británico, rebosante de arte e ironía, y con deprimentes vistas al muro de hormigón israelí.

Nada es aleatorio en este singular hotel de tres plantas y diez habitaciones, que el misterioso artista británico Banksy ha fundado y diseñado en territorio palestino ocupado, "pero que cada visitante saque su propio significado", declara Wisam Salsaa, propietario y director del establecimiento.

The Walled Off Hotel (El hotel enclaustrado) es una provocación artística constante por atraer todas las miradas, curiosas o extrañas, que tiene en cada detalle un mensaje. La música que sale de un piano sin pianista donde las teclas se presionan solas, un ascensor "fuera de servicio" y tapado con una pared de ladrillos o un trozo del muro israelí como llavero llaman la atención del visitante. También la de la población local -de tendencia conservadora- que encuentra en la entrada principal cómo se derrama ropa interior de mujer de una maleta sujetada por un mono vestido de botones, aunque tendrán que acceder para descubrir que los senos de una figura griega se encienden cuando se abre la puerta secreta que da acceso a la zona independiente de habitaciones.

El proyecto es una apuesta por el arte palestino con una galería permanente en la que muestran sus obras autores de Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este y también árabes.