El detective Bevilacqua y la cabo Chamorro de las novelas policíacas de Lorenzo Silva vuelven a cambiar de rostro en la adaptación cinematográfica de La niebla y la doncella, con Quim Gutiérrez y Aura Garrido como protagonistas del filme que ayer llenó de intriga y acción el Festival de Málaga.

Dirigida y adaptada por el debutante Andrés Koppel para Tornasol Films y Atresmedia Cine, la película cuenta con el visto bueno del autor de la novela, que ayer aseguró en la ciudad andaluza que Koppel "ha entendido la historia" y que los actores ofrecen interpretaciones "consistentes".

Silva destacó la importancia, en la novela y en el filme, de la atmósfera de la isla de la Gomera, donde sucede la trama: el cadáver de un joven aparece en un bosque y el caso se cierra en falso con la acusación a un político local que queda exonerado en el juicio. Tres años más tarde, Bevilacqua (Gutiérrez) y su ayudante Chamorro (Garrido) son enviados a la isla para reactivar la investigación, acompañados por la cabo Anglada (Verónica Echegui).

"Las novelas de Bevilacqua son novelas de intriga pero también de viajes, el viaje es fundamental", señaló Silva, quien afirmó que Koppel, que además es canario y vive en Madrid, ha dado el peso merecido a la atmósfera opresiva que envuelve a los personajes en la isla y al hecho de que están fuera de su entorno habitual.

El otro factor clave, precisó el autor, es que en sus novelas los personajes no matan "por exhibirse o por crueldad gratuita", sino "por las razones por las que la gente mata de verdad". "En España hay 500 muertes violentas al año y obedecen a razones oscuras que tienen que ver con lo más denso e intenso del ser humano. En la película hay tres muertes y todas tienen un motor real e intenso, no se recrea gratuitamente en lo escabroso", aseguró.

Koppel, también responsable del guion de la recién estrenada Zona hostil, sobre la misión española en Afganistán, confesó que lo pasó mal la primera vez que Silva leyó su adaptación, porque se tomó todas las libertades necesarias, pero que la respuesta fue buena.

El director contó que antes del rodaje hizo una visita, junto a Gutiérrez y Garrido, a la UCO (Unidad Central Operativa de la Guardia Civil) para empaparse del trabajo policial. "Conocer a esas personas ha sido un regalo que me ha hecho la historia; son gente absolutamente preparada, capaz y normal, no viven en el tormento permanente o al menos no lo hacen notar", indicó.

Sobre esa visita, Aura Garrido destacó la normalidad con que en la UCO conviven y trabajan hombres y mujeres. "En la película los personajes tienen un arco y da igual si son hombres o mujeres, no hay distinción, y eso se corresponde con lo que vimos en la realidad", apuntó la actriz.

Quim Gutiérrez confesó que no leyó la novela original para poder trabajar con más libertad.