Un año después de su absolución judicial, Ramoncín presenta repaso discográfico a su carrera, Quemando el tiempo, y un documental titulado como uno de sus discos, Una vida en el filo, alegato de descargo en el que le pintan como "Quijote de la música" y, en el símil pugilístico, como "gran encajador". "Si te subes al ring, no puedes pensar que solo vas a dar tú", señaló ayer este compositor, intérprete, actor y presentador de televisión nacido como Ramón Julio Márquez (Madrid, 1955), además de destacado defensor por los derechos de autor, lo que le costó cierta animadversión social y boicots en actuaciones.

Sobre sus inicios recuerda que él hizo "un chiste sobre Carrero Blanco en una revista universitaria con Franco vivo". Ramoncín califica de "acojonante" la condena por un hecho similar a la tuitera Cassandra. "El terrorismo es una lacra terrible y a Carrero Blanco se lo cargaron unos terroristas. Pero Carrero Blanco era un ser despreciable y, si no hubiese muerto allí, es probable que la democracia no hubiese llegado tan pronto a España", argumenta. El rock era entonces "el espacio donde se expresaban los jóvenes", un territorio hoy invadido en gran media por el hip hop.