Fue la reina malvada de Blancanieves y ahora Charlize Theron se enfrenta a la segunda villana de su carrera, una ciberterrorista sin escrúpulos, en Fast & Furious 8, la última entrega de una de las sagas más taquilleras de Hollywood, que ayer presentó en Madrid junto a Vin Diesel. "Llevo más de 20 años en esta profesión y es bastante chocante que en todo este tiempo solo he interpretado a dos villanas psicóticas, lo que demuestra que este tipo de papeles son un territorio vedado a las mujeres", indicó la actriz y productora sudafricana.

Ese fue un motivo más que suficiente para aceptar el papel de Cipher, la enigmática mujer que seduce a Dom (Diesel), el patriarca de la saga, y lo arrastra al mundo del crimen, traicionando al resto del equipo, entre ellos los personajes de Jason Statham, Michelle Rodriguez y Dwayne Johnson.

Durante los primeros años de su trayectoria a Theron (Benoni, Sudáfrica, 1975) le costaba que le ofrecieran papeles basados en algo más que su arrebatadora apariencia física, pero Monster, la película con la que ganó el premio Óscar, lo cambió todo. "Después de eso es imposible que nadie diga que soy demasiado guapa para un papel", afirma la intérprete sudafricana.