Siempre que se va una estrella del pop y/o del rock lo primero que ocurre es que la escena se nubla ante la marcha de un genio, sea de la tendencia sonora que sea. Sea la de Prince, todo un revolucionario del funk; sea del primitivo glam de Bowie (o toda su evolución posterior), sea la obra de Michael Jackson, o la de George Michael y Leonard Cohen. Con todos ellos, una vez superado el flash de su muerte y el miniduelo consiguiente, ocurren una serie de sucesos inalterables; se trate de quien se trate. Con Michael Jackson se especuló con las causas de su muerte, con Prince se sigue en esa línea. Con Michael Jackson hubo peleas por repartir el botín de la herencia, en la casa de Prince está todo parado un año después de su muerte. No digamos cuando se fue James Brown, el padrino de soul, cuyo cuerpo tuvo que esperar para ser enterrado a que se esclarecieran líos parecidos. Bowie lo dejó todo atado. Aún así su ex Ángela Bowie, Angie la de los Rolling Stones, le mandó alguna pildorita cuando se encontraba participando en un reality.

El pequeño pero gran astro de Mineápolis sigue muy vivo entre la afición y también ante la industria, que sigue lanzando recopilatorios y ediciones con grabaciones más o menos inéditas. Y es que, herencias a parte, causas de la muerte al margen, Prince hizo momentos musicales como Purple Rain, que es una de esas canciones que entran de lleno en el peldaño mayor de la historia para convertirse en un símbolo. Además Purple Rain es inclasificable. "Yo soy un funky", decía Prince en algunas presentaciones y ello quedaba plasmado en la elaboración de piezas como Sign 'O' the Times.

Y el funky de Prince o el soul para quien los desee y hasta su vena rock se fundió por siempre el 21 de abril del año pasado. Tenía 57 años cuando se le encontró muerto en su residencia de Paisley Park (Minesota). Al final se apuntó a que falleció por una sobredosis de fentanilo, que eleva la función de un calmante.

La reedición especial de Purple Rain que se comercializará en junio promete emociones fuertes, ya que incluirá "dos álbumes increíbles de música inédita de Prince y dos conciertos completos en vídeo", de acuerdo con la publicidad de la discográfica Warner. Aunque la guerra sigue ya que los administradores del patrimonio de Prince, representantes legales de su obra hasta que se determine quiénes son los herederos del artista ya denunciaron a un ingeniero y productor y consiguieron que un juez paralizara, por ahora, el lanzamiento de un EP, informa la agencia Efe.

Así pues la tradición se mantiene y los remanentes de la obra que el cantante fallecido justo hace ahora un año dejó en capilla tendrá que seguir el camino legal. Al menos, alguien no conseguirá el negocio fácil.