Portugal se llevó en la madrugada de ayer el primer festival Eurovisión de su historia gracias a una memorable actuación de su representante, Salvador Sobral, que conquistó Europa con una exhibición de sencillez e intimidad que le auguran un gran futuro más allá del concurso más televisivo del mundo.

La actuación del portugués en el Centro Internacional de Exposiciones de Kiev, con la canción Amar Pelos Dois (Amor para dos), logró 758 puntos al ganar tanto el televoto de millones de telespectadores, como la nota más alta del jurado profesional, cuya opinión vale la mitad en el resultado final.

Sobral, de 27 años, se metió en el bolsillo a todo el mundo -periodistas, críticos, pero sobre todo al público- con una balada marcada por la sencillez, con nulos efectos visuales salvo la imagen de un bosque a sus espaldas. Cuando salió a la escena, se hizo un silencio absoluto entre el público que presenció la actuación: su expresividad, sus delicados e irrepetibles movimientos con la cara y con el cuerpo hicieron el resto.

Poco antes de pasar el corte de la primera semifinal, algo que se daba por hecho, el luso definió su representación como "emoción, sensibilidad y simplicidad".

La victoria de Sobral tiene aún más valor por el delicado estado de salud del cantante, que incluso se perdió los primeros ensayos. Según reveló la prensa portuguesa, está a la espera de un donante para ser operado del corazón, porque padece un grave problema cardíaco.

Considerado ya en Portugal como un "héroe nacional", Sobral fue recibido ayer en el aeropuerto de Lisboa por una multitud. Con flores, banderas lusas y numerosas pancartas, en las que le daban las gracias, los compatriotas del cantante esperaron su llegada coreando la canción ganadora hasta que, algo abrumado, el artista llegó acompañado de su hermana y compositora del tema, Luísa Sobral.

A la salida del repleto aeropuerto, escoltados por policías mientras sus seguidores les hacían fotos y coreaban sus nombres, fue un primer contacto de los hermanos Sobral con la alegría desbordada de sus compatriotas por el triunfo en el certamen, que el cantante ya se esperaba. "Aún no sé bien cómo voy a lidiar con esto. Espero conseguir hacer las cosas con tranquilidad, continuar tocando. A lo mejor tenemos que cobrar un poco más por los conciertos", comentó entre risas en la rueda de prensa, a su llegada al aeropuerto, antes de encontrarse con sus seguidores. "Al principio esto puede ser una locura. Pero sé que estas cosas son efímeras", sostuvo, al ser preguntado por la repercusión de su éxito, que no cree que tenga más de tres meses de atención pública.

Bromista a pesar del cansancio tras la noche de Kiev y el viaje a Lisboa, rechazó el papel de "héroe nacional" con el que los medios portugueses empiezan a referirse a él: "Ese papel es de Ronaldo, y espero que así continúe", apuntó.

Hasta la victoria en la madrugada de ayer de Sobral, el mejor resultado obtenido por Portugal era la sexta posición lograda en 1996 con la canción O meu coração não tem cor (Mi corazón no tiene color), de Lúcia Moniz.

"Es lo que hay"

Por su parte, el representante español en Eurovisión, Manel Navarro, dijo ayer a los medios españoles que se va "contento a casa", convencido de haber "hecho un trabajo muy bueno" pese a haber quedado en la última posición en la gala final del festival Eurovisión celebrada esta noche en Kiev. "He quedado último y es lo que hay. Me voy con la cabeza bien alta. Me voy bien, me voy contento a casa. Al menos no hemos quedado los últimos en el voto del público. Creo que hemos hecho un trabajo muy bueno, para sentirnos orgullosos", dijo, poco después de concluir la gala. Navarro aseguró que "no estaba nada nervioso" cuando le salió un gallo en medio de la actuación y achacó a la mala suerte el incidente que le valió un aluvión de críticas en las redes sociales. "Hemos tenido un compañero, un gallito que ha salido. La verdad es que cuando he bajado del escenario me he reído por la mala suerte de que me tuviera que pasar hoy", dijo al respecto.

Tras esas palabras, algunos periodistas que cubrían el evento en Kiev le insinuaron que su reacción a la derrota no es la mejor manera de hacer autocrítica, a lo que respondió que "a lo mejor la canción no ha gustado".