Diecinueve filmes buscan hacerse con la Palma de Oro de Cannes, que se entrega hoy, con una clara división entre el cine que prima el contenido o el que apuesta por el estilo: la francesa 120 battements par minute es la favorita del primer caso y la estadounidense Good Time en el segundo.

Tras dos intensas semanas de cine de calidad y sin que ningún título que haya concitado la unanimidad de público y crítica, las apuestas se multiplican, pero la última palabra es del jurado, presidido por Pedro Almodóvar, y con una heterogénea composición que incluye a Maren Ade, Jessica Chastain, Fan Bingbing, Park Chan-wook, Paolo Sorrentino o Will Smith.

Un jurado que, como señaló Almodóvar el día de la inauguración de esta 70 edición, buscaba un filme que les emocionara y sorprendiera como lo hicieron en el pasado títulos de culto como Viridiana o La dolce vita.

Pocas pistas para saber por dónde irá un palmarés en el que deberían estar Nelyubov ( Loveless), una dura crítica de la sociedad rusa actual firmada por Andrey Zvyagintsev; You Were Never Really Here, una brutal historia de la británica Lynne Ramsay, o Hikari ( Radiance), el lirismo de la japonesa Naomi Kawase llevado al extremo. Son los filmes que más gustaron en esta edición, junto a 120 battements par minute, de Robin Campillo, que repite en esta película un esquema clásico ya visto en su guión para La clase, el filme de Laurent Cantet que se llevó la Palma de Oro en 2008.

La prensa y la crítica se han rendido a los pies de esta historia sobre el activismo francés contra el sida de los años ochenta. De hecho, fue reconocida ayer por la crítica internacional como el mejor trabajo de la competición.

Un filme de diálogos que contrasta con el marcado estilo visual de Good Time, de los hermanos Josh y Benny Safdie, un retrato vertiginoso de unos delincuentes de poca monta, protagonizada de forma brillante por un Robert Pattinson que debería llevarse el premio de interpretación.

Otros títulos que destacan en las quinielas para hacerse con la Palma de oro son Geu-Hu ( The Day After), del surcoreano Hong Sangsoo, un prolífico director -solo este año ha estrenado tres filmes, uno de ellos en la Berlinale- con un estilo tan adorado como detestado. Y no hay que olvidar al griego Yorgos Lanthimos, que conmocionó a Cannes con The Killing of a Sacred Deer, con unos excelentes Nicole Kidman y Colin Farrell, que repitieron en ( La seducción), una sólida propuesta de amor y deseo en la época de la Guerra de Secesión, de Sofia Coppola.