Familiares, amigos y vecinos de Marbella despidieron ayer a Diego David Domínguez González, el joven que creció en las calles de El Barrio y promocionó después el nombre de la ciudad tras convertirse en el diseñador de fama internacional David Delfín. El féretro con los restos mortales del artista, Premio Nacional de Diseño de Moda en 2016, fueron trasladados desde el cementerio de San Bernabé hasta la Iglesia Nuestra Señora de la Encarnación, ubicada en el casco antiguo de Marbella, donde se ha oficiado una misa para darle el último adiós. En un segundo coche fúnebre se podían ver al menos una decena de coronas y ramos de allegados, de instituciones y de amigos, como la familia Bosé.