George Clooney aseguró ayer en Venecia que Estados Unidos atraviesa su periodo de mayor ira y crispación y que le sobrevuela una "nube negra", pero dijo ser "positivo y optimista". "Creo en la juventud y en que superaremos esto", agregó. "La gente está cabreada, con ellos mismos, con hacia dónde va nuestro país y hacia dónde va el mundo", afirmó el actor en la presentación de Suburbicon, una película con la que compite en Venecia y que tienen como trasfondo los enfrentamientos raciales habituales en su país de los años cincuenta en que se desarrolla la historia. Y aunque Clooney aseguró que no quieren ser polémicos sino divertidos con esta comedia, reconoció que "la realidad" es que están "enfadados" y lo estaban mientras rodaban.

Fue más claro uno de los productores del filme, Grant Heslov, que recordó que cuando empezaron a trabajar en este proyecto era el momento en el que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, "empezaba a hablar de construir muros" y por eso consideraron que "había que tomar una posición".

Clooney se ha mostrado en desacuerdo en numerosas ocasiones con el mandatario y aunque hoy no quiso hablar directamente de él, se mostró crítico cuando un periodista le preguntó si le gustaría sustituir a Trump. "Ahora mismo me gustaría que cualquiera fuera el presidente", afirmó tajante.

Fueron, además, las declaraciones de Trump durante la campaña presidencial las que le hicieron mirar hacia atrás, a la historia de su país, para darse cuenta de que los problemas raciales no habían desaparecido. Lo demostraban los varios episodios de disturbios raciales sufridos en el país en los últimos años y que eran habituales en los años cincuenta en los que se desarrolla la película. "Pero no supimos darnos cuenta de que en nuestro país se siguen produciendo los mismos problemas y de que aún se deben solucionar", dijo Clooney.

El actor recordó que él creció en los años sesenta y setenta, durante el auge de los movimientos en pro de los derechos civiles y cuando la segregación en el sur aún era tremenda. "Hemos tenido que crecer con nuestro pecado original de la esclavitud y con el hecho de que hemos dirigido mal nuestra mirada, culpando solo a las familias afroamericanas de estos problemas", resaltó.