La película Ammore e malavita, presentada ayer en Venecia, da un giro radical a la idea de la temida Camorra, la mafia de Nápoles, con un musical en el que sus asesinos cantan mientras disparan e incluso sus "capos" hacen gracia.

La película es una comedia musical en dialecto napolitano con la que los hermanos Marco y Antonio Manetti (Roma, 1968 y 1970, respectivamente) aspiran a conquistar el León de Oro en la Mostra, que ayer recibió con aplausos y carcajadas su proyección. En Nápoles dos familias de criminales chocan por su control hasta que el capo de uno de los clanes, tras sobrevivir a un atentado, decide fingir su muerte, instigado por su astuta y ambiciosa esposa.

Una joven enfermera le ve con vida y el capo ordena su asesinato para no ver frustrado su plan: la ejecución correrá a cargo de su brazo armado, dos eficientes y motorizados sicarios conocidos en los bajos fondos de la ciudad como "los tigres".

Cuando uno de los asesinos encuentra a la muchacha, ambos, cara a cara, se reconocen y recuerdan la relación que interrumpieron en su adolescencia, desencadenando la acción y un conflicto entre dos mundos completamente opuestos, el del amor y el del crimen organizado.