Un anuncio del modisto Pertegaz en un periódico cambió la vida de Alicia Borras, modelo que, a sus casi 72 años, acaba de desfilar para Roberto Verino. Su padre, sastre de profesión, leyó que buscaba maniquíes y no dudó en llamar para presentar a su hija como candidata. "El me hacía mis vestidos y me encantaba el mundo de la moda", recuerda. Con 17 años y 1,72 de altura, viajó a Barcelona desde Menorca, acompañada por su padre, y allí la eligieron para entrar a formar parte del equipo de uno de los mejores creadores de la moda española.

-¿Cómo recuerda aquella experiencia?

-Hay que tener en cuenta que estamos hablando del año 1963 y yo vivía en una isla donde no había turismo, ni extranjeros, casi éramos una gran familia porque todos nos conocíamos. Llegar a Barcelona y ver ese ambiente tan glamuroso para mí fue fantástico. Intentaba cada día observar, aprender, y hacer lo que Pertegaz quería. Fue una experiencia muy buena porque él era muy exigente, quería hacer las cosas a su manera y tuve una escuela fantástica sin ser consciente de que había entrado la mejor casa de costura de España.

-¿Ve muchas diferencias en el mundo de la moda de cuando usted empezó a ahora?

-Todo evoluciona y la moda también lo ha hecho muchísimo. Aquella época la recuerdo como fantástica porque la gente se vestía de una manera fabulosa, más clásica claro, pero muy femenina, bonita, también los chicos se vestían muy bien. Soy una mujer con la mente abierta, yo también he evolucionado e intento adaptarme, pero hay cosas que no me gustan. Creo que la moda ya no da la feminidad que daba antes. Dentro de lo que se hace, intento encontrar cosas con las que me siento a gusto.

-Y lo que se busca en las modelos, ¿también ha cambiado?

-Siempre se ha buscado una mujer que tuviera una altura y unas medidas, pero también algo más, no tanto la belleza física, sino el porte, una suma de cosas. En aquella época no se exigían las tallas, si que tenías que estar delgada, pero no eran tan estrictos como ahora.

-¿Qué opina sobre estas exigencias?

-No todo el mundo es tan delgado, tan alto, ni tan joven. Hay una gran mayoría de la población, en la que yo me encuentro, para la que encontrar una ropa que le guste, moderna y le esté bien es muy difícil. Hacen unas colecciones fantásticas, pero las personas que como yo ya no quieren ir sin mangas o escotadas, pero quieren vestir bien, tienen un problema. Creo que alguien tiene que trabajar en ello.

-¿Esto fue lo que la motivó a volver a las pasarelas?

-Volví por reivindicación primero, porque por tener 72 años que voy a hacer en octubre, no significa que no sepa desfilar. Me encanta, he sido mujer de pasarela más que de publicidad, quiero demostrar que una persona puede andar y moverse y ser guapa como cualquier otra. Además de que me gusta porque ha sido mi profesión muchos años, hay también otros factores como la curiosidad. Han cambiado muchas cosas porque en mi época no había maquilladores, ni peluqueros, ni tampoco iluminación especial, te ponían los focos en los pies y eso no te favorecía. Cuando hice el desfile para Andrés Sardá en la Fashion Week quedé sorprendida: aquello era un show, con la música, la pantalla... ¡Me vi fantástica! Y la verdad me divierto porque estoy descubriendo lo mismo, pero 40 años después. Desfilé para Roberto Verino y lo hice porque realmente me apetecía, me encanta.

-Parece que en los últimos años la moda se ha abierto a otros cánones de belleza. ¿Cree que es una apuesta real o le parece más un truco comercial?

-Hay una industria muy potente con muchos intereses. Creo que hoy no se mira tanto el hacer cosas diferentes, sino que los creadores están muy dirigidos por las exigencias de la industria, por qué es lo que se les pide, o no sé. Encuentro la moda un poco monótona: llevan cinco años haciendo suéteres, y me encantan, pero detrás hay números. Los grandes creadores no hacen la moda que realmente querrían hacer porque les dirigen lo que deben hacer.

-¿La crisis y la tendencia low cost ha lastrado la creatividad?

-El low cost es una forma de dirigir a la gente a comprar. Pero ¿qué es la tendencia? Hoy hay de todo, no hay tendencias, hay caos. Crean confusión.

- Pasa lo mismo con los iconos de la moda, ¿no? Antes estaban muy definidos quiénes eran, hoy no tanto.

-Vivimos en un momento de decadencia en muchas cosas. Lo que tienes que hacer es llevar lo que te sienta bien, no hacer caso a lo que te dicen que se lleva porque a lo mejor eso te sienta fatal, escoge lo que tú creas que te va bien.