Recuperado del ritmo extenuante de sus inicios, con cinco discos en siete años y giras continuas de uno a otro lado del Atlántico, Pablo Alborán regresa con un álbum "sin amarres" en el que se atreve hasta con un reggae que "disparó" la situación en Venezuela y que es, dice, "un cara a cara con el poder".

"Es un grito de impotencia. España y el mundo entero parecen haberse contagiado de un virus de falta de comunicación, de empatía y de solidaridad y creo que no soy el único que a veces no se siente representado y que piensa que el poder corrompe muchísimo", lamenta el artista malagueño en una entrevista con Efe.

La excusa de la entrevista es Prometo (Warner Music), probablemente el disco del año, que se publicó ayer y que incluye temas como el citado Boca de hule, del cual se incluye una segunda versión cantada a dúo con el otro titán de la música española, Alejandro Sanz.

"Me ayudó mucho, no solo porque es un maestro y un referente de muchos artistas, entre los que me incluyo, sino también porque su voz, su garra y su fuerza le dan un poder a la canción que antes no tenía", señala Alborán (Málaga, 1989) durante la entrevista.