Ana Boyer y Fernando Verdasco ya son marido y mujer. El tenista y la hija de Isabel Preysler se han dado el "sí, quiero" en un paradisíaco lugar donde han reunido a familiares y amigos. Aunque ninguno de los invitados ni los novios han querido compartir nada en sus perfiles públicos ha trascendido que la novia lució joyas de Suárez con inspiración romántica "acorde al entorno en el que celebraba su boda". Los pendientes que llevó Ana son dos piezas únicas Sur Mesure de oro blanco con dos centros de diamantes. La pulsera es un diseño creado a la medida de la muñeca de Ana. Y el colgante es una pieza de oro blanco con un centro de diamante. Un total de 217 diamantes que le han acompañado al altar de la isla caribeña de Mustique. Un enclave mágico que ha escogido la novia por ser un refugio que conoció junto a su padre, el fallecido Miguel Boyer.

En lo referente a sus alianzas, los novios han lucido dos anillos macizos de oro de 750 milésimas creados a mano por los artesanos de los talleres Suárez; algo que las convierte en piezas únicas para los recién casados.

Por otra parte, la otra protagonista de la boda ha sido Isabel Preysler. La reina de corazones escogió a la firma de joyas Rabat para brillar en la boda de su hija. La pareja de Mario Vargas Llosa lució un anillo de oro rosa con filas acabadas en diamantes y una pulsera tubogas de oro amarillo con brillantes blancos.

El enlace reunió a la familia de Verdasco y Ana Boyer a pesar de todo lo que se había hablado de mala relación entre ambas partes.