El periodista coruñés y crítico gastronómico Cristino Álvarez, más conocido por su pseudónimo Caius Apicius, murió ayer a los 70 años. Álvarez desarrolló su carrera profesional en la agencia Efe y sus artículos se publicaban en más de un centenar de medios de todo el mundo.

En 1991 recibió el Premio Nacional de Gastronomía y en 2014 ingresó en la Real Academia de Gastronomía con un discurso sobre el vino y el Camino de Santiago, ya que siempre fue adalid de la gastronomía de su Galicia natal.

Su viuda, Maribel Corbacho, fue un pilar fundamental en su carrera y a sus manos murió entrelazado y en paz, según informaron sus allegados.