Bruno Mars se quedó con los premios principales en los Grammy, en una gala en que se quedaron a medias (o en blanco) los raperos. Despacito, fenómeno de fin de discotecas, verbenas y cualquier fiesta de despedida de los que sea, tuvo su actuación pero se quedó aparcada en los galardones, que este año se entregaron en el Madison Square Garden de Nueva York. Ceremonia reivindicativa en diferentes frentes que están muy presentes en la actualidad.

Kesha hizo una actuación contundente que rápido tuvo la ovación del público. La cantante denunció en su día a su productor de violación. Cantó Praying y emocionó. También tuvo una notable presencia Janelle Monáe, con su petición para acabar con los abusos en un sector, el de la música, sobre el que siempre hubo sospechas y certezas. Monáe fue quien presentó a Kesha y quien dijo que había que destapar los abusos sexuales y dejar de esconderlos entre las miserias del negocio.

El rapero Kendrick Lamar, otro de los triunfadores de los galardones (aunque no tanto como se esperaba) fue quien abrió la ceremonia que, a partir de ahí, no dio tregua. Hubo discursos contra la política de Donald Trump, política que fue reprendida por Camila Cabello, muy celebrada musicalmente por su éxito Havana. Ella defendió a los dreamers (soñadores), lo hijos de inmigrantes a los que Donald Trump quiere expulsar de EEUU.

Contra Trump y sus política incluso apareció Hillary Clinton, su contrincante en las elecciones norteamericanas. Circunstancia que a posteriori irritó a uno de los hijos del presidente. El anfitrión de la ceremonia James Corden presentó un vídeo en el que junto a la citada Clinton diversas personalidades leyeron extractos del libro Fire and Fury, una crítica periodística al primer año de su presidencia, libro que presenta a Trump como mal informado, intelectualmente limitado e inestable, informa AFP.

Políticas y mensajes a parte, Bruno Mars y su divertido y funky se llevaron los grandes premios de los Grammy frente al propio Lamar (que se llevó cinco) y, sobre todo, fracasó Jay-Z, el esposo de Beyoncé, que se fue de vacío a pesar de tener unas cuantas nominaciones. La pareja tuvo un momento de gloria a través de su hija, la pequeña Blue Ivy, que pidió silencio a sus padres cuando hablaba Camila Cabello. También se fue "limpio" de premios Luis Fonsi con Despacito, que actuó en la fiesta pero se quedó en blanco. Mars ganó en todas las categorías en las que fue nominado y se alzó con seis gramófonos, entre ellos mejor álbum ( 24K Magic), mejor canción ( That's What I Like), pieza que plasma muy bien el estilo del cantante hawaiano, también la mejor producción.

Otra sorpresa (relativa) fue la cantante Alessia Cara, que ganó el premio revelación, un galardón nada menor ya que de aquí se parte a la fama total. Entre las estrellas "absolutas" que asistieron a la ceremonia (celebrada en Nueva York en lugar de en Los Ángeles, donde está el escenario habitual) estuvieron Elton John, que acaba de anunciar que se retira (eso sí, tras una gira muchos meses e incluso años), Lady Gaga, Miley Cirus, Sting, Rihanna y los citados U2.

Con los Grammy se hace una de las primeras galas del mundo del espectáculo (tras los Globos de oro) y han dejado constancia de que la denuncia será protagonista.