Él es el hermano mayor de una familia dedicada al mundo de la interpretación. Su tía, es la directora de escena y actriz, Amelia Ochandiano, y su hermano, es productor. Rubén Ochandiano es de esos actores secundarios que no puede faltar nunca en una gran película. Es bueno y muchos directores lo saben, pero aún no ha tenido el empujón definitivo que lo catapulte al protagonismo.

Sin embargo, este joven que se inició en la serie 'Al salir de clase' no ha parado de trabajar desde que saliera de aquel instituto. Trabajando junto a grandes directores de la talla de Almodóvar (Los abrazos rotos), Bollaín (Flores de otro mundo) o Corbacho (Tapas), Rubén ha dedicado su vida a la interpretación.

Aun así, sabe que el mundo cinematográfico es duro, de muchas subidas y bajadas y de muchas esperas hasta la siguiente película. Por eso, embarcarse en el proyecto de Toledo, le aporta una rutina y una seguridad que agradece.

Sin embargo, no sólo eso le ha hecho aceptar el reto de Toledo. El actor reconoce que hacer de cura le da mucho morbo y le apetecía mucho.

- ¿Cómo es tu personaje?

- Oliva es el arzobispo de Toledo. Un personaje integrista y radical que lo que quiere es tratar de desestabilizar la paz que el rey Alfonso X está intentando estabilizar entre moros, cristianos y judíos. Digamos, que es el mal. Es uno de los antagonistas de Rodrigo, que es el héroe. Es un hombre fanático, con muchos secretos y un pasado inesperado que se irá resolviendo a lo largo de la primera temporada.

- ¿Disfrutas haciendo de malo?

- Me lo estoy pasando muy bien. Además, como la televisión tiene ese grado de inmediatez y tiene que llegar al público que ve la serie a la vez que habla por teléfono y cena, te permite hacer un malo sin concesiones. En cine, intentas justificar porque es así, y aquí es un malo sin redenciones. Según voy leyendo capítulos, me va dando más morbo.

- ¿Tenías ganas de volver a la televisión?

- Tenía ganas, la verdad, y estoy disfrutando mucho. A pesar de que llevamos unos meses grabando, tengo la sensación de que es un gran proyecto y de que es muy mágico. Está siendo muy gustoso venir a trabajar, la gente es muy agradable, no sabemos en qué derivará la cosa, pero de momento va todo genial. Además, la rutina que da la televisión, sabiendo que durante 6 meses te tienes que levantar a las 7 de la mañana, es de agradecer en una profesión de muchos picos.

- Dices que grabareis durante 6 meses, ¿eso es que habrá segunda temporada?

- No sabemos como irá la cosa, en principio grabar la primera temporada nos suponen 5 meses de grabación. Los ritmos son frenéticos. De hecho, me he dado cuenta de que ni siquiera puedo salir a cenar entre semana porque no me da tiempo a estudiar. Hacía mucho que no estaba en televisión, pero aquí ya se graba como en cine. Y estar tan centrado en la serie, en estudiar, en graba, es muy gozoso.

- ¿El obispo tendrá líos de faldas?

- Me acaban de meter en ese despacho para que no descubra absolutamente nada. (Risas) Pero puedo decir, que a pesar de ser un cura, es un personaje muy sexual.

- ¿Qué diferencias encuentras entre 'Al salir de clase' y 'Toledo'?

- Aquello era una serie diaria y el ritmo nada tenía que ver con esto, que se está haciendo como si fuera una superproducción de cine.

- ¿Te has inspirado en alguien para realizar este personaje? ¿En quién?

- Sí,varios. Cuando leí los primeros guiones en verano, volví a ver, varias veces, 'El silencio de los corderos'. Hay algo en ese personaje psicópata y en cuanto a lo exquisito, que quería mirar. Después, al descubrir que es el mal en sí, me fijé en los malos de los dibujos infantiles, que son los únicos malos sin doblez. Por ejemplo, vi a Voldemort en 'Harry Potter' o a Meryl Streep en 'El diablo viste de Prada'.

- Compruebo que la pose de manos de los curas ha interiorizado en ti...

- Es verdad, todos mis amigos ahora me dicen ¡deja ya las manitas! Los primeros días de grabación me negué a hacer un cliché. Estuve viendo en YouTube muchos vídeos de gente del OPUS y entrevistas a gente del clérigo. Ahora estoy estudiando el la nomenclatura del folclore cristiano, que se me escapa, pero sí tienen algo político o de adoctrinar, que les hace moverlas. Luego, hemos descubierto, que es que mi personaje está mintiendo el 90% de las secuencias, por tanto, está haciendo una pose.

- Por lo cuentas, te has preparado a conciencia este personaje, ¿no?

- Sí, claro. Creo que todos. Es que me apetecía mucho hacer un cura, me daba mucho morbo. Y me he preocupado de hacerlo bien.

- ¿Cómo te ves de esta guisa?

- Empiezo a verme, fíjate. No sé por qué, me pongo el hábito y se me despierta todo lo más pervertido. (Risas)

- ¿Has sido espectador de series de época?

- No, la verdad es que no he consumido. Por eso, no puedo comparar, y es verdad, que las que nos han dado de referencia, son extranjeras. 'Los Tudor', 'Juego de tronos' o 'Los pilares de la tierra' me parecen maravillosos.

- Pero, sí parece que hay un boom de series de época, ¿no?

- Sí, sí, eso desde luego. Ha habido boom de médicos, policías, institutos, periodistas... Todo el mundo quiere hacer la fórmula de la coca- cola, y nosotros estamos intentando hacerlo lo mejor posible con una historia rigurosa y buena.

- Nos contabas antes que no tenías tiempo ni para tomar una cerveza. Imposible tener entonces más proyectos sobre la mesa, ¿no?

- La grabación de Toledo se me ha juntado con una TV Movie que estoy grabando en Barcelona con Agustín Villaronga para TVE Y se llamará 'Carta para Evita'.