Tamara Falcó es la protagonista del próximo número de febrero de la revista Marie Claire con un posado campestre de lo más cuidado. La hija de Isabel Preysler está inmersa en su firma de ropa en la que está poniendo todas sus energías, de hecho ha dado un cambio radical en su vida que también se ha apreciado en sus redes sociales. Recientemente borró sus publicaciones dejando únicamente lo referente a su marca de ropa.

En cuanto a las críticas y lo que se dice de ella, admite: "Las críticas son mucho más salvajes conmigo justamente por ser quien soy. Va de la mano. La gente puede pensar que lo hago por capricho, que no pongo esfuerzo y que a mí me lo han dado todo hecho. Pero yo sigo adelante, con constancia. Es lo que debo hacer porque ya sé quién quiero ser".

Pero el cambio en su vida, no ha sido solo profesional, la religión ha sido muy importante: "Antes vivía en un cierto caos. Creía que debería encontrar la felicidad por encima de todo, pero cada vez que creía alcanzarla, se esfumaba. Era desesperante. Encontrar a Dios y encomendarme a la Virgen me ha ayudado muchísimo".

Además ha tenido palabras para la situación política actual en Cataluña: "España es una y no puede ser fracturada. Hay formas de hacer política que están anticuadas y que no llegan a la gente". Sus políticos preferidos son Albert Rivera y Pablo Casado y dice que no se iría a cenar con Pablo Iglesias, pero reza siempre por él y por todos los de Podemos.