El nuevo aspecto de la exvicepresidenta del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega llamó poderosamente la atención en el acto de presentación de su fundación Mujeres por África. Apareció con el rostro y el cuello mucho más libre de arrugas y un corte y color de pelo diferente.

A pesar de todo, y de que algunos medios han dado incluso el nombre del cirujano plástico de Barcelona que la habría intervenido –el mismo que a Elsa Pataky- la valenciana mantiene que todo se debe a que ha engordado siete kilos desde que dejó la primera línea de política activa. La actriz, por cierto, también niega que la haya tocado ningún bisturí.

Intervenciones a consecuencia de accidentes

Pero María Teresa Fernández de la Vega no es la primera ni será la última que mejora su aspecto en el mundo de la política. Su sucesora en el cargo con el Gobierno del PP, Soraya Sáenz de Santamaría arregló su dentadura hace unos años. Tenía un diente roto desde la infancia. Más recientemente, se operó la nariz, aunque la intervención se debió a que se rompió el tabique nasal cuando esquiaba.

Cabe recordar que un cirujano gallego acaba de revelar que prácticamente rehízo el rostro del presidente Mariano Rajoy tras sufrir, en la juventud, un grave accidente de tráfico y que ése es el motivo de que luzca barba.

Adiós a la calva y a las gafas

La estética no distingue ni sexo ni ideología. Uno de los cambios físicos más comentados fue el del expresidente del Congreso José Bono. El socialista se sometió en el año 2008 a un injerto capilar.

No hacía más que seguir los pasos del exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi o Carlos Menem. El último en sumarse con un cambio light fue el exministro socialista José Blanco, que se operó de la vista, aunque él aseguró que no lo hacía por liberarse de las gafas.

Según dice, Berlusconi, Nicolas Sarkozy y la presidenta de Argentina Cristina Fernández de Kitchner son aficionados al bótox.