¿Qué queda de la edad de oro de la alta costura en el siglo XXI?

La alta costura desaparece a partir de los 80 y aparece el prêt-à-porter. Yo creo que la alta costura es un laboratorio en el que hay medios ilimitados, puedes investigar, pero eso dista bastante de la realidad del mercado. Es un soporte para una marca y algunas pueden mantener ese privilegio, pero es un concepto que está un poco fuera de la realidad hoy en día.

Se habla de que la moda española está en auge, pero con Balenciaga, Pertegaz o Rodríguez ¿no estaba en auge ya antes?

Estamos hablando de Balenciaga, que es el número uno, el mejor de todos los tiempos y el que más ha aportado, con una estética más cercana a mi gusto. Lo que ocurre es que hubo un impasse porque en los 50 y 60 la moda española estuvo parada. Yo llegué aquí en el 74 y en Madrid no había nada de moda. Estaba todo por hacerse. Después es cuando empiezan a aparecer los diseñadores. Unos siguen y otros surgen. En el 90 hay un boom de la moda española porque lo hay en todo.

¿Las pasarelas son su escaparate pero no su forma de vida?

La pasarela es la herramienta de comunicación más potente que hay y también es mi forma de vida porque va la prensa, presentas el trabajo, están los clientes y celebrities... Mi visión es que la colección que se vende es buena y la que no se vende no.

¿Hasta qué punto influye que las famosas luzcan sus trajes?

Tiene una influencia importante. Hay eventos que tienen una repercusión mediática enorme o una famosa que va a una fiesta de una revista de moda. Mi nombre aparece y se ve mi trabajo. Además la moda tiene que tener algo de mágico, de encanto aspiracional, que genere ilusión, que la gente sueñe un poco y se ilusione.

¿Cómo debe actuar un diseñador en tiempos de crisis?

Estamos en las trincheras (ríe). Simplemente la creatividad entendida en todos los aspectos, en hacer los modelos pero también en desarrollar nuevos canales de distribución, de estímulo para que se compre. Eso es tan creativo como el diseño de los modelos. Hemos buscado nuevos canales online y también estamos desarrollando una gama de productos amplísima como cubertería, textil hogar, joyas...

Hay mucha polémica con los trajes olímpicos diseñados por una empresa italo-rusa.

Me parece indignante y horroroso. Que no me vengan con que me lo regalaron o es más barato. Y estéticamente me parece un espanto, una vergüenza. Estoy indignado. ¿Qué tiene que ver con España eso? Espero que rectifiquen. Además de no haber contado con el diseño español, es nuestra imagen. Espero que no salgan nuestros deportistas con esos trajes porque son horribles.