El aumento de pecho es la segunda operación de cirugía estética más demandada en España (la primera es la liposucción). Las mujeres que recurren a ella suelen tener entre 18 y 40 años y lo hacen porque desean ganar una o dos tallas, o bien recuperar la turgencia del seno después de la maternidad.

Los cánones estéticos actuales son más moderados que los de hace unos años y recomiendan un pecho armónico y proporcional a la naturaleza de cada cuerpo. Pero más importante que el tamaño de las prótesis es su composición, calidad y homologación. La alarma generada a finales del pasado año, cuando se prohibió el uso de prótesis PIP para el aumento mamario, ha ayudado a concienciar a las mujeres para que muestren mayor interés por el material del que están hechas las prótesis y qué garantías ofrecen.

El doctor Vicente Paloma, cirujano plástico y estético del Centro Médico Teknon y vicepresidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre), advierte que "hay que preguntar siempre por la marca del implante y por la garantía que ofrece la firma comercial. También por el tipo de material de la prótesis, ya que no todos los geles de silicona son iguales ni ofrecen la misma seguridad". Las mejores, en su opinión, son "las de alta cohesividad, que tienen una mayor durabilidad y contienen una silicona que no tiene tendencia a migrar en caso de que por algún motivo llegaran a romperse".

Una de las dudas más frecuentes entre las pacientes es si las prótesis necesitan recambio con el paso de los años. "Los implantes que usamos en la actualidad no tienen fecha de caducidad -afirma el doctor Paloma-, pero es necesario mantener un seguimiento, y es posible que deban cambiarse al menos una vez en la vida". Desde el Institut Vila-Rovira también aseguran que las prótesis con que trabajan ahora, en teoría, no necesitarán sustituirse nunca, pero especifican que "es preferible cambiar las que tienen más de 15 años".

Muchas pacientes, cuando acuden al cirujano, siguen pidiendo un aumento de talla excesivo. "Incrementar tres tallas en una sola vez es imposible", puntualiza la doctora Ana Torres, miembro de International Society of Aesthetic Plastic Surgery (ISAP). Nuevas herramientas, como el simulador en 3D, permiten a la paciente ver el resultado aproximado de la intervención antes de entrar en quirófano. "Hacemos mucho hincapié en tomar unas medidas muy precisas del tórax y las mamas para recomendar una prótesis que, por forma y tamaño, resulte natural y bonita para cada caso concreto" -comenta el Doctor Paloma, uno de los que utilizan el 3D en España-.

"El sistema nos proporciona unas mediciones de volumen que son muy útiles a la hora de planificar la cirugía y resolver algunas dudas de la paciente". "Incidimos en que lo bonito es la proporción, el equilibrio y la naturalidad -apuntan desde el Instituto Vila-Rovira-, y nuestro papel es asesorar a la paciente y decidir conjuntamente la talla". En este centro proponen a las mujeres que quieren un aumento de pecho que se prueben varias prótesis distintas bajo una camiseta ajustada para que se hagan una idea del resultado. Por lo general, apuntan, "la medida final suele oscilar en torno a los 300 g por prótesis".

Tratamientos alternativos

Existe otro sistema para aumentar la talla del pecho, como la lipotransferencia o lipolilling. "Consiste en la extracción de injertos de células grasas de la propia paciente -se puede usar la que se obtiene en una liposucción- que después se inyectan en las zonas del cuerpo que requieran más volumen", explica la doctora Torres, que lleva ya tres años practicando esta técnica. Está indicada para corregir las asimetrías y el contorno de las mamas tras los embarazos y la lactancia.

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