No es muy difícil adivinar el origen de la influencia militar en la moda; nos basta con mirar al siglo pasado (y me refiero al s.XX, ése en el que hemos nacido casi todos los aquí presentes). La moda de dicho siglo fue fiel reflejo de las tendencias sociales, como ocurre en todas las épocas, y es que la Primera y Segunda Guerras Mundial transformaron la ropa civil, que se adaptó a un nuevo estilo de vida: el trabajo.

Las mujeres, obligadas a trabajar mientras los hombres estaban en el frente, demandan prendas adecuadas para la realización de actividades hasta entonces reservadas exclusivamente al quehacer masculino.

Cuando los hombres regresaron se encontraron con que las mujeres no solo bebían, fumaban, conducían o abandonaban su lugar habitual, hasta entonces, el ámbito doméstico, para incorporarse al mundo laboral, sino que, además, llevaban pantalones y ropas cómodas. Esto supone una auténtica revolución en la moda, paradójicamente marcada de forma especial por el nazismo.

En este punto podemos señalar el comienzo de la moda militar, que ha sido un clásico en muchas temporadas; Balmain fue un pionero en la recuperación de la estética militar hace ya algunos años y, el pasado invierno, estuvimos bajo el influjo del Ejército del Aire, sobre todo en complementos como gafas y cazadoras de aviador.

Este otoño/invierno 2012-2013 (más cerca del Ejército de Tierra y de la Armada) vuelve de manera renovada, para una mujer mucho más femenina pero que no quiere renunciar a ese toque especial de mando, como así lo entienden diseñadores como Salvatore Ferragamo o Isabel Marant, que vuelven a la carga con una prenda clave: la casaca de paño de doble botonadura.

La tendencia castrense lo invade todo: abrigos, chaquetas (con botones dorados, por supuesto), jeans, sudaderas, parkas, capas y trench, que son de lo más innovadores en estampados de camuflaje o en color verde caqui liso, y todo ello aderezado con unas botas altas, justo por debajo de la rodilla, que serán todo un must de la temporada.

Esta tendencia camuflaje es más adecuada para un look informal como unos jeans con camiseta y stilettos o una blusa estampada con unos pitillos negros. Si son de los que se decantan por un estilo militar más discreto se debe optar por abrigos con botones y corte militar en colores negros y grises, pantalones pitillo en verdes y marrones, blusas y camisetas en colores lisos con galones en los hombros o con el estampado solo en la parte delantera o trasera de la prenda.

De este modo nos lo presenta la colección McQ, la línea más comercial de Alexander McQueen, que pone énfasis en los cortes militares altamente estructurados y rígidos y en diseños como los que usualmente se presentan en la ropa masculina (hay que tener en cuenta que al ser el estilismo militar, de por sí, más masculino, los diseñadores tratan de imponernos con fuerza el traje de pantalón a las mujeres).

Ficha los estilismos más guerreros

La paleta de sus colores va desde el mostaza y verde olivo hasta el negro, un suave tono café o el gris, que mantienen un efecto de militarización interna. Gucci, por su parte, nos muestra abrigos con cierto aire militar como protagonistas, acompañados en esa misma influencia por botas altas colocadas por encima de pantalones ajustados.

La parka militar, en cambio, sufre una revisión por parte de Chanel, con un ligero jaspeado y bolsillos amplios. La firma española Lavand, con tan solo tres años de andadura pero una gran difusión, propone verdes caquis, marrones tierra y azul marino para prendas que emulan los uniformes de ejércitos de antaño.

Abrigos de corte sobrio renovados con plumas en el bajo, levitas clásicas con galones dorados y como novedad el vestido-abrigo militar. Pero si algo bueno tiene esta nueva vieja tendencia sobre otras es que su estilismo es muy juvenil y, por tanto, adaptable perfectamente al low cost.

Eso implica que no tengamos excusa a la hora de alistarnos en este ejército otoñal pues, en firmas como Zara, lo militar viene pisando fuerte con un estilo un tanto extravagante y en Mango tendremos acceso a prendas de rasgos militares muy ponibles en estampados o colores lisos, destacando las parkas.

Pull & Bear apuesta por un otoño- invierno de looks casuales y a la par elegantes con el estilo militar por bandera. El low cost más informal pero a la última combina el verde o marino militar con complementos rojos.

En definitiva, la moda militar no se limita en exclusiva al camuflaje sino que se eleva a diseños más sofisticados, homenajeando a los altos rangos; muestra de ello son los diseños de las piezas de joyería que acompañan a esta tendencia: chapas de soldado y botones en oro, insignias, medallas, estrellas y charretas.

Y cómo no, es decir, como manda la tradición, el complemento indispensable de todo buen militar es el reloj. Esta temporada los relojes marcarán, además de la hora, una tendencia, en primer lugar por sus colores negro, caqui y camel, en segundo lugar por la larga duración de sus pilas, en algunos casos hasta 40 meses como el MWC (Military Watch Company), en tercer puesto por ser resistentes al agua, hasta 1000 metros y con manillas fluorescentes para poder verlos en la oscuridad sin problemas.

A todos estos extras debemos sumarle todavía cronógrafo, calendarios digitales y correas de nylon mucho más resistentes. Resumiendo: tenemos que estar preparadas para ponernos firmes cuando nos llamen a filas y acudir con presteza a la llegada del glamour.