La industria de la moda ha puesto los ojos en África. Buena parte de "culpa" la tienen figuras como el modista nigeriano Duro Olowu, uno de los favoritos de Michelle Obama, considerado una especie de Balenciaga del continente negro.

Olowu es abogado, pero su pasión por el diseño pudo más y en 2007 lanzó su primera línea de ropa para mujeres y se estableció en Londres. Ya en 2005, el diseñador presentó una colección basada en un vestido de seda estampado. Era un modelo tan chic, fácil de usar y adecuado para la figura, que la industria de la moda lo eligió "vestido del año".

Cuenta que de pequeño viajaba de Nigeria a Londres de vacaciones con sus padres. Su madre, una elegante dama africana, se aprovisionaba de telas de seda que luego llevaba a su modista. También mezclaba ropa nigeriana con lo que compraba en Europa. El resultado era una maravillosa mezcla de algodones y sedas que se quedaron en la retina del niño llamado a ser un grande de la aguja. El vestido de 2005, llamado "el vestido Duro", ha sido una y otra vez replicado. También puso de moda los estampados étnicos, su gran pasión.

El estilo de diseño de Duro Olowu es femenino y original. Utiliza telas con estampados africanos y colores de la India. Toda su ropa tiene un estilo "vintage" años setenta con diseños "hippie chic". Sus vestidos con forma de trapecio, con estampados con flores, son un "must" entre las mujeres londinenses. Además, Olowu tiene un gusto sofisticado a la hora de mezclar su ropa con accesorios. Su línea de alta costura es juvenil y colorida. Sus vestidos son glamurosos y con detalles únicos. La ropa de Olowu se puede adquirir en la tienda de Londres y en boutiques multimarca de Estados Unidos, Europa y África.

La marca nació en 2008 de la mano de Max Osterweis y Erin Beatty y ya ha sabido hacerse un hueco con un estilo propio asentado en la mezcla de estampados al más puro estilo de Marni o los movimientos de Balenciaga, Miuccia Prada y Marc Jacobs; sólo que ellos dicen tener mayor influencia de África. No obstante, su primera colección partió de retales "vintage" obtenidos en Kenia.

Esa mezcla de Balenciaga, Jacobs y Prada se traduce en un poco de todo. Desde un estilo masculino en prendas amplias y combinaciones con pantalones hasta el suelo y blusas con más aire que relleno, hasta mezclas de estampados a priori imposible y que ya va siendo hora de aceptar la realidad de que esta máxima se ha quedado obsoleta. El "sport chic" contagia la colección con prendas de lluvia en forma de chubasqueros o jerséis cortos mezclados con piezas tan de fiesta como un vestido tradicional. La idea es vestir a la mujer para el día a día.